¡Qué me ponga a subir contenido a las redes sociales! Van y me dicen eso. Pues lo siento, pero no tengo tiempo para hacer su trabajo. Cuando ellos hagan el mío, entonces hablamos”. Más o menos, esta fue la frase que lanzó una amiga en un debate que iba in crecendo en el tono.

Todo empezó porque estábamos tomando algo un grupo de amigos y de nosotros, que éramos ocho, solo dos no tenían presencia alguna en medios sociales. Según llegamos al local, la mayoría cogimos nuestros móviles y nos pusimos a hacer check in o bien en Foursquare, o bien con un tuit o bien subiéndolo a Facebook.

Hacer check in con el móvil en redes sociales

Foto del blog de Fanta

Así que mi amiga formuló una pregunta al grupo (no todos se conocían antes de quedar): “¿Hay alguien que no esté en redes?” Otra persona respondió que no y ahí empezaron a hablar de que no veían la utilidad de estas, de que nos habíamos vuelto locos, de que estábamos enganchados, etc. Lo curioso es que, al menos ella, es una forofa de la mensajería instantánea y de los juegos tipo Apalabrados, es decir, tan enganchada al móvil como el que más de los que estábamos presentes.

Como te iba diciendo, mi amiga explica que en su empresa, una compañía bastante importante del sector de la publicidad y de los medios, el community manager les había pedido ayuda para dotar de contenidos las redes sociales corporativas: decir que se iban a reunir con tal o cual cliente, que se acababa de aprobar una determinada campaña, que otra había conseguido unos determinados resultados positivos,… La indignación de ella era evidente, aunque también sabe que más pronto que tarde le va a tocar formarse en medios sociales porque su propio trabajo se lo va a exigir. Pero, por el momento, prefiere alargarlo en el tiempo.

El caso es que esta anécdota me hizo pensar en la mala comunicación interna que debe haber en su empresa para provocar una reacción de rechazo tan enérgica que, estoy segura, no es exclusiva de mi amiga. Y eso que estamos hablando de una gran compañía.

Llevo un par de semanas reflexionando sobre cómo explicar a los trabajadores la necesidad de que todos ayuden en la tarea ya que, en realidad, cada cual es especialista en su área, así que quién mejor que tú para subir actualizaciones a las redes sociales o escribir en el blog corporativo.

Yo tú él nosotros vosotros ellos y las redes sociales

Lo primero es que no se te puede pedir, a voz de pronto, que intervengas si antes ni se te ha escuchado ni casi has existido para la empresa, salvo que hayas cometido un error, te quieran despedir o te ingresen el sueldo mensual en el banco. Es necesaria una política de comunicación interna que se haya desarrollado en el tiempo y que escuche la voz de los trabajadores, la tuya. De buenas a primeras, la reacción de mi amiga, dado que en su agencia no lo han hecho, es totalmente normal.

Además, si en tu compañía han cumplido con el primer punto (y, por desgracia, se pueden contar con los dedos de la mano las que lo hacen), lo lógico es lo siguiente:

  • Explica muy bien a todos los trabajadores el porqué se requiere de su ayuda en la actualización de las redes sociales corporativas. Y aún más si encima les vas a pedir que escriban periódicamente para el blog. Sé sincero, escúchalos de verdad y responde a sus preguntas. La transparencia siempre es la mejor política.

  • Dales formación. No pretendas que personas que jamás han visto las plataformas sociales, se impliquen en ellas de buenas a primeras. Además de enseñarles en qué consiste cada una, tienes que darles unos objetivos, unas pautas de colaboración que les sirvan para situarse en ellas. Es posible que haya trabajadores que sean unos auténticos hachas en Twitter, que a otros se les dé mejor Facebook y que haya quien haga unas fotos espectaculares que sean perfectas para Pinterest. Observa durante las formaciones y dirígeles a aquella red más afín según sus gustos y aptitudes: saldrás ganando.

  • Para aquellas personas en la empresa que ya sean activos en redes, ofrecerles la posibilidad (o no) de que usen sus perfiles también para lanzar las actualizaciones corporativas. Aparte, también podrán ayudar a sus compañeros a resolver las dificultades con las que se encuentren. Facilítales el poder hacerlo. La confianza es un grado.

  • Si encima creas un manual de uso para las redes de la empresa, entonces darás en el clavo. Debe ser sencillo, sin tecnicismos y con la extensión justa (e incluso algo menor). Cuélgalo en la intranet de la empresa, a disposición de todos. ¿Qué no tienes intranet? Está bien, imprímelo y que cada cual tenga su copia. El de la Generalitat de Cataluña es ejemplar. También el del Gobierno Vasco. Pero te dejo con uno de un ayuntamiento mediano, de poco más de ochenta mil habitantes, el de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Ya que no he encontrado ninguno de empresa que esté publicado (me niego a pensar que no existen), seguro que cualquiera de ellos te pueden servir de inspiración para el de tu empresa, según los objetivos que te plantees:

  • Premia las mejores contribuciones. ¿A quién no le gusta que valoren su esfuerzo y más cuando es un extra a su labor diaria? Establece un sistema justo y transparente (vuelvo a mencionar la palabra mágica). Ante cualquier queja, solvéntala lo antes posible. Tus trabajadores deben saber que estás ahí, que crees en ellos, que confías en su profesionalidad y que la aprecias en lo que vale.

Como ves, no es adecuado pedir a los trabajadores un sobreesfuerzo a su tarea diaria sin una política completa de comunicación interna que debe tener ya un tiempo de recorrido. En otra entrada de Bloggy Mary hablaremos de las múltiples herramientas que se han ido añadiendo para hacerlo más fácil gracias, en gran parte, a los avances tecnológicos e incluso a la implantación de redes sociales internas.

Nosotros somos internet

Por el momento, me gustaría conocer tu opinión. ¿Qué piensas sobre que las empresas pidan que subas las actualizaciones a las redes sociales corporativas? ¿Estarías dispuestos a utilizar tu perfil también para ello? Es más, ¿harías este esfuerzo que te puede suponer una mayor carga de trabajo, aunque sea leve? Gracias por tus respuestas y por compartir.

María Rubio