El sábado pasado, 13 de octubre, se estrenó en La 1 de TVE, un nuevo programa llamado “Audiencia abierta” sobre la agenda y las labores del núcleo central de la Familia Real. Como no podía ser menos, dadas las últimas noticias que les afectan, esta decisión de la cadena pública ha merecido, según he podido constatar, más diatribas que parabienes.
No voy a entrar a valorar el aspecto político que podría derivarse; hay muchos compañeros, con sus bitácoras, que lo desgranarán mucho mejor que yo. La entrada de hoy es para analizar la oportunidad y el contenido desde el punto de vista de la comunicación.
A nadie se le escapa que la Casa Real está intentando mejorar su imagen. El que Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina y Duque de Palma, sea investigado judicialmente, el viaje, con safari incluido, de D. Juan Carlos, y, en menor medida, la separación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, han sido y siguen siendo aconteceres muy dañinos para la Corona.
Comunicación de Casa Real ha decidido reaccionar desde diversos ámbitos. En febrero, hubo un cambio en la dirección de prensa: Javier Ayuso sustituyó a Ramón Iribarren. Ayuso ha trabajado en EFE, ABC, El País, en Cinco Días y en la comunicación del BBVA, en estos dos últimos casos en el cargo de director. Se trata, por lo tanto, de un perfil claramente enfocado a medios de diversas tendencias y también a comunicación, lo que supone un curriculum, a mi entender, muy apropiado para el cargo que ocupa, pues recoge las dos vertientes que debe manejar.
Javier Ayuso (en primer término) y Ramón Iribarren, jefe y exjefe de la Casa del Rey respectivamente
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Por cómo se han desarrollado los acontecimientos, es de suponer que desde marzo a agosto, el flamante jefe de prensa habrá gestado una nueva estrategia de comunicación para contrarrestar esta imagen tan negativa. Los frutos de ello empezaron a verse con claridad en la nueva web de Casa Real, que se presentó el 10 de septiembre. La foto inicial, con D. Juan Carlos, el Príncipe de Asturias y la infanta Leonor, dejaba traslucir todo un cambio; el centro pasa del Rey, a sus herederos, digamos, el “núcleo duro” de la Monarquía española.
El contenido intenta buscar la transparencia, con un interesante apartado sobre “Organización y presupuesto”. También pretende ofrecer una imagen de cercanía. Por ejemplo, titulan la información sobre la audiencia del Rey a los niños ganadores de la XXXI edición de un concurso sobre él: “El rey ya tiene su rap, el rap de Juancar” (entre nosotros, no me parece muy afortunado).
El 12 de octubre, durante el desfile militar para conmemorar el día de la Fiesta Nacional, el palco estaba ocupado por los Reyes y los Príncipes. Las infantas, Elena y Cristina, han pasado a una posición mucho menos importante. De hecho, la segunda ni estaba. Aunque la mayor aún mantiene su agenda, la representación del Estado en diferentes ámbitos ya no les corresponde: han sido relegadas.
El tercer frente que se ha abierto es el de dar a conocer al ciudadano qué hace este “núcleo duro” y su labor dentro de la estructura del país, en la Constitución y en las instituciones que lo gobiernan. Para ello, se ha creado un contenedor específico, que es el que nos ocupa, hecho totalmente a medida de Casa Real, con la digamos escusa de que «responde a una exigencia incluida en el Mandato marco aprobado por el Parlamento en diciembre de 2007, concretamente en su artículo 25, que dice ‘La Corporación RTVE realizará un seguimiento y cobertura de las actividades oficiales del Jefe del Estado, Su Majestad el Rey, el Príncipe de Asturias’…”. Claro que la pregunta del millón es: ¿no lo estaban haciendo ya en los informativos? ¿Es necesario un programa creado ex profeso para ello?
Desde el punto de vista de la comunicación, entiendo que se hayan de tomar medidas enérgicas para contrarrestar la regresión de la imagen que está sufriendo la monarquía en los últimos tiempos, sobre todo, porque también afecta a la de España, no lo olvidemos, al ser D. Juan Carlos la más alta representación del país. Valoro de forma muy positiva la idea de enfocar la campaña en el Rey y, diría más, en los Príncipes de Asturias como herederos de la corona, pues el monarca tampoco está libre de culpa.
D. Felipe y Dª Letizia, dentro de esta estrategia de la que hablamos, han buscado de forma más evidente la cercanía, en especial con los medios de comunicación, donde ella tiene una especial y lógica afinidad. Dos hechos lo confirman: su presidencia en los premios de Periodismo entregados por la Asociación de la prensa de Madrid (APM) y la aparición del reportaje de la revista “Hola”, donde posan junto con sus hijos. Es decir, se está realizando una clara apuesta por el futuro.
En esa cuidada estrategia, a mi entender, chirría el programa que emite TVE1, los sábados, de 13:30 a 14:00. La imagen de la Familia Real se ha caracterizado, hasta ahora, por la discreción. Con “Audiencia abierta”, se está haciendo un marketing descarado que no ayuda en nada y que, por las opiniones que he leído en Internet, está perjudicando tanto a la cadena pública como a la Monarquía.
Estas son las palabras de la presentadora, Ángeles Bravo, como introducción en la primera emisión del programa:
Según lo que de ellas se desprende y del contenido general, considero que han cometido una equivocación. Expongo las razones principales que me llevan a creerlo:
– Habla de que es un espacio informativo. Sin embargo, no es así pues prescinden de los escándalos que rodean a la Familia Real. Podrían argumentar que se centran en las figuras del Rey y del Príncipe, pero dudo mucho de que si se presentase una noticia desfavorable que se refiera a uno de los dos o a la Reina y la Princesa, se emitiera.
– También lo califican como espacio divulgativo ya que desgranan los artículos de la Constitución y la historia del Rey en Democracia. Pero, ¿no está para ello la web de Casa Real? ¿Para qué duplicar funciones?
– Lo mismo podría decirse de la difusión de la agenda. Cuando esta es interesante, informativamente hablando, se ocupan los telediarios y ya se encargan ellos de contextualizar la noticia.
– Afirman que se trata de un programa de servicio público. Supongo que consideran que los españoles no conocemos la labor del Rey en la sociedad actual y que divulgarla es una prioridad pública. Vale, ¿no existen otros sistemas igual de efectivos y que no suponen la realización de un programa semanal que los publicite? Puede que el efecto se vea a más largo plazo, pero evitaríamos el rechazo que causan estos formatos.
– Aseguran que huirán del sensacionalismo y la frivolidad. ¿Acaso no lo hacen así en los servicios informativos? Solo faltaría que se convirtieran en el “Corazón” de la Monarquía. Por otra parte, ¿significa eso que las informaciones sobre la corrupción de Urdangarín o la cacería del Rey son frívolas y sensacionalistas? No han sido unas palabras muy afortunadas, la verdad.
– Incluyen que apostarán por el rigor y la objetividad, sin embargo, la existencia del mismo programa como vehículo para el lavado de imagen de la Familia Real contradice esta afirmación.
Por lo tanto, creo que lo han hecho bastante bien hasta que han sacado “Audiencia abierta”, cuya razón de ser se me escapa y que puede echar por tierra todo el buen trabajo realizado. ¿Qué os parece a vosotros? ¿Qué estrategia crearíais para mejorar la imagen de la Monarquía? ¿Os parecen apropiados formatos como el de este programa para ello?
Un interesante análisis en el que cabe destacar la parte final. Enhorabuena.
Juan de Dios Orozco.
¡Muchas gracias, Juan de Dios! Me alegro mucho de que te haya gustado. Buen fin de semana.