Empiezo con una perogrullada: el periodista es periodista. ¿Esto qué significa? Significa que no es especialista en SEO, ni en publicidad, ni en técnicas de construcción de enlaces (linkbuilding para los amigos); ni tampoco en edición de vídeo, ni en marketing en buscadores (SEM),…

búho periodista

Dicha la evidencia, vamos a la realidad. Hoy por hoy, los medios de comunicación tienen su parte digital y cada vez menos personal en las redacciones. Esto trae consigo muchos problemas.

Por un lado, hay que sacar las noticias adelante. Si antes te tocaba escribir tres, ahora son seis como mínimo. La falta de tiempo acucia y más cuando te están presionando para competir en rapidez con las propias redes sociales, algo bastante complicado, en especial, si hablamos de medios de base analógica. Así que, adiós a contrastar los datos y ni te cuento al periodismo de investigación.

Por otro lado, a los profesionales les toca, cada vez más, hacer funciones que sobrepasan el redactar las informaciones. Ahora también se les exige que hagan los vídeos que se publicarán en el medio, que los editen y que optimicen las noticias para ser localizadas en los buscadores, sobre todo en Google.

Y esto sin que exista una formación por parte de la empresa para que el ejercicio de las nuevas aptitudes sea lo más adecuado posible. Algo en lo que todos saldrían ganando: los periodistas porque ejercerían mejor su trabajo y los medios porque conseguirían una mayor calidad.

Sin embargo, la situación económica de los medios es acuciante y, para empeorar las cosas, los datos no engañan. A la hora de informarse, el 68% de la generación a la que llamamos millennials (personas nacidas entre 1980 y 2000) lo hace a través a través de Facebook y casi uno de cada cuatro adolescentes utiliza Instagram. Eso en el mundo.

los millennials y los adolescentes se informan por Facebook e Instagram

Parte de la infografía de Skilled.co

En España, solo ha crecido un 1,3% los internautas que leen o descargan noticias, periódicos o revistas de actualidad online, según señalan en el último estudio sobre la Sociedad de la Información de la Fundación Telefónica (p. 44).

La consultora de Comunicación Cohn & Wolfe ha elaborado una encuesta a un centenar de periodistas. Aunque no es, a mi entender, una muestra significativa, sí que permite sacar una serie de conclusiones entre las que destaca que los profesionales se sienten presionados para monetizar los contenidos que escriben a través del clic. Lo interesante es que, tal y como comentaba más arriba, el 95% de los entrevistados asegura no recibir la formación digital suficiente para ejercer las nuevas funciones que se les atribuyen.

Entre los puntos de vista negativos que incluyen en el informe, además del expuesto, se quejan de que no pueden contrastar las noticias como les gustaría debido a las prisas por informar. Por lo mismo, los rumores y los bulos que se difunden por redes sociales y que se toman como ciertos están a la orden del día. Además, tienen miedo de infoxicar al público y de la poca adaptación de los medios a las nuevas tecnologías.

Por contra,

  • valoran las posibilidades de las redes para permitirles contactar con la audiencia;

  • la facilidad que, gracias a Internet, tienen para difundir y recibir información de utilidad;

  • las oportunidades empresariales que ofrecen a los medios;

  • e incluso la competencia que puede suponer la opción de que todo el mundo puede ser informador, lo que les obliga a esforzarse y ser más rigurosos.

Es evidente que los periodistas necesitan y buscan una mayor y mejor formación para afrontar los retos que se les presentan en el ejercicio de su trabajo. Estamos dentro de un mundo cada vez más digital, donde la frontera entre medios se desvanece y donde todos han de saber de todo, desde hacer un podcast, es decir, una locución e incluso un programa, normalmente de audio, para descargar de Internet, hasta subir vídeos a YouTube.

Entonces, qué pueden hacer los medios para solventar todas estas dificultades. Desde mi modesta opinión, lo siguiente:

  • Invertir en la formación de sus periodistas. Es la forma en que conseguirán una información más completa y de mayor calidad. También servirá para orientar a los trabajadores sobre las necesidades de la empresa editora a la hora de elaborar las noticias.

  • Además, lograrían que los profesionales supieran aprovechar mejor las oportunidades que presentan los medios sociales, por ejemplo, en lo referente a las fuentes.

  • Invertir en investigación y en tiempo para contrastar las noticias. El intentar ser el primero, hoy por hoy y, sobre todo, en determinados medios, es una batalla perdida. El campo en el que pueden, de verdad, competir es el de la reflexión y el de la veracidad. Creo que deberían apostar por ambos.

  • Es más interesante, desde mi punto de vista, elaborar informaciones de calidad que saturar al público con mil y una noticias. Conocer qué es lo que este busca cuando accede al medio en cuestión se está volviendo cada vez más necesario.

  • Invertir en la modernización de los equipos. No se trata tanto de introducir lo último de lo último en tecnologías, sino de saber elegir, según los objetivos, cuáles son las más apropiadas y cómo las pueden implementar en la redacción. En este caso, es precisa de nuevo la formación de las personas que van a utilizarlos para que les saquen el máximo partido.

Verás que me he estado refiriendo a inversiones que no a gastos. En el fondo, se trata de hacer la transformación digital que muchos medios, por no decir todos, requieren. Pero se trata de hacerlo con cabeza y de no exigir algo que resulta imposible dar. Si no formas a tus trabajadores en los puntos que tu empresa editora, en este caso, precisa, ellos mismos lo harán y, a lo mejor, en aspectos que poco tienen que ver con las necesidades del trabajo que les vas a exigir.

Ahora me gustaría conocer tu opinión, tanto aquí como en las redes. Gracias por comentar y por compartir este artículo de Bloggy Mary si te ha gustado.

María Rubio