La Comunicación es un término bastante amplio y del que todo el mundo se quiere adueñar. Comunicadores son los de marketing, los de relaciones públicas (RRPP), los periodistas, los publicitarios y, si nos ponemos, también lo son los de atención al cliente, los de ventas, los de nuevos negocios, los diplomáticos, etc., etc., etc.
La razón es evidente. Todos ellos, de una u otra forma, comunican. De hecho, cualquiera comunica. Tú lo haces cuando te relacionas con los demás, en tu trabajo o fuera de él. Somos animales sociales.
En este nuevo artículo de Bloggy Mary, vamos a centrarnos. La idea es que tú y yo hablemos de esos profesionales especializados en crear, potenciar, mejorar, resolver crisis y ayudar a que las organizaciones tengan mejor relación con sus públicos.
Quedan fuera, por lo tanto, los vendedores, los publicitarios, los periodistas y los de nuevos negocios, si nos atenemos a la enumeración que te hice en el párrafo inicial. Y, a su vez, se incluyen a los marketeros y a los de RRPP. Pero, ¿quién de los dos perfiles se lleva el gato al agua?
Respuesta: los dos. No hay ya tanta diferencia entre unos y otros y, desde luego, cada vez la distancia será menor… lo que no significa que se vayan a fusionar.
En este sentido, el Global Communication Report, que resume, con gran conocimiento de causa, José Manuel Velasco, señala como competencias necesarias más importantes para los próximos cinco años, la planificación estratégica, el liderazgo, la comunicación escrita y verbal (¿alguien lo dudaba?), los medios sociales, el desarrollo de contenido multimedia, los datos y analíticas, la gestión de crisis y la comunicación interna.
Es decir, el antiguo profesional de las RRPP, en el futuro, será aún más líder y más estratégico.
El mismo autor reflexiona en su blog también sobre el estudio Next Marketing Trends & Skills. Te encuentras, entonces, con que, por un lado, los de las relaciones guardaremos para nosotros la salvaguarda de la reputación corporativa y de sus valores, además de la visión y la ética. El desafío sería, lógico, “demostrar cómo las RRPP obtienen resultados medibles para el negocio”.
Asimismo, según un artículo de Top Comunicación sobre cómo cambiarán las agencias en los próximos años, señala que a los servicios clásicos, se añadirían a los ya vistos en párrafos anteriores la consultoría (más asesores y menos ejecutores), la experiencia de marca, el marketing de contenidos, la comunicación de crisis, la marca personal de los directivos, la gestión de las plataformas web de los clientes, y alguna cosa más que se señala como convergente a continuación.
En concreto, convergeríamos con los marketeros en la gestión de marca, la escucha al consumidor, el relato corporativo (storytelling, para los amantes de los anglicismos) y la evangelización del público interno, aun que no exactamente en lo que se refiere a la comunicación interna, que es más amplia y en la que, como ya hacemos, trabajamos con recursos humanos (RRHH).
Como señalan en la información de Top Comunicación, deberíamos dominar herramientas como la analítica y la gestión de grandes datos (Big Data); general contenidos de calidad y creativos, con mensajes perdurables; dar protagonismo a los consumidores con la hipersegmentación y la personalización, etcétera.
Así que, dónde quedan las funciones que se supeditaban a las RRPP.
Pues siguen ahí, reconvertidas y reinventadas. Cuando lo digital estaba en pañales, nos dedicábamos a las relaciones con los medios y los periodistas, y, en todo caso, a la comunicación interna y a las relaciones institucionales. Las herramientas eran básicas: notas, comunicados y ruedas de prensa, algunos eventos, aunque nada en comparación con los actuales, revistas corporativas, buzones de sugerencias, hacer de intermediarios entre los trabajadores y la dirección de las organizaciones… y poquito más.
Desde luego, seguimos haciéndolo, pero ya no tienen sentido las notas de prensa masivas, aunque sigamos enviándolas (yo, la primera), las ruedas de prensa o están hiperjustificadas o mejor hacerlas en individual por plataformas de vídeo en directo, los eventos intentan ser cada vez más personalizados, humanos y emocionales, y las antiguas herramientas de comunicación interna han evolucionado hasta límites alucinantes.
Solo con leer lo anterior, comprenderás que hemos llegado a otro nivel, tanto si actuamos dentro de las compañías o fuera de ellas, en agencias o como consultores externos. Por lo tanto, ¿tiene sentido hablar ya de RRPP o es un término obsoleto y es mejor hablar de Comunicación?
Me decanto por el último término. No solo nos relacionamos con los diversos públicos de las organizaciones, también tenemos otras labores que van mucho más allá y afectan incluso al núcleo de la propia empresa, a su misión, visión y valores. De ahí también que sea necesario, cada vez más, que el comunicador esté dentro de la dirección o que esté en contacto con ella sin intermediarios.
Hemos dejado de ser solo relaciones públicas para convertirnos en consultores y asesores de Comunicación, tanto o más que marketing.
Pero, claro, esta es mi opinión. Ahora me gustaría leer o escuchar la tuya: ¿me lo cuentas? Gracias por comentar aquí o en las redes y por compartir la entrada si te ha gustado
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