Ninguna sorpresa en los datos recogidos por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), dentro de su Informe Anual de la Profesión Periodística. La evolución va en sintonía con lo que ocurre en la sociedad: algo menos de paro, brecha de género, presiones, falta de objetividad y mayor número de autónomos.
Este año, el estudio se ha dividido en tres partes: la profesión, la industria de los medios y los nuevos perfiles de los periodistas en las redacciones.

Presentación del ‘Informe Anual de la Profesión Periodística 2016’. En la imagen, de izq. a dcha.: Luis Palacio, Victoria Prego y David Corral. Foto: Pablo Vázquez / APM
Como luego te voy a dejar con la presentación del informe, podrás comprobar todos los puntos tratados pero, en lo que a este artículo de Bloggy Mary se refiere, me voy a centrar en tres puntos que me han parecido los más interesantes: el incremento en el número de autónomos, el ámbito de la Comunicación como salida profesional de los periodistas y los nuevos perfiles, muy ligados al ámbito tecnológico.
Al igual que ocurre con otras profesiones, los periodistas nos estamos haciendo autónomos. Es posible, aunque Luis Palacio, el autor y responsable del informe, no lo reseña en la presentación, que el descenso en el paro respecto al año pasado se deba, en parte, a esta circunstancia, junto a que, por fin, los medios han dejado de recortar sus plantillas.
Bien es cierto que el número de contratados sigue siendo muy superior al de autónomos (73,2% frente al 26,8%) pero en este último caso, el porcentaje ha crecido un punto respecto a 2015 (25,6%) y un 60% de los profesionales piensan que cada vez serán más lo que trabajarán por su cuenta.
La mayoría colaboran para varias empresas pero hay un porcentaje significativo (17,5%) que lo hacen para una sola sin estar incluidos dentro de la estructura de la organización, lo que supone un problema de “relaciones laborales anómalas, que exigen una cierta exclusividad sin la contrapartida de un contrato laboral”. Este hecho deja desprotegido al periodista y le expone aún más a las presiones externas e internas a la hora de elaborar una información.
Dentro de los autónomos, un interesante 10% ha creado una empresa en solitario o con otras personas, sean o no del sector. La mayoría de estos medios, aunque no se refleje este año en el informe (sí lo hizo en los anteriores), son, con cierta seguridad, hiperlocales o hiperespecializados y, por lo visto, con bastantes probabilidades de sobrevivir.
Desde mi punto de vista, el cambio desde el profesional contratado al autónomo tiene, como todo, sus pros y sus contras. A favor está que puede vender la noticia, si es de calidad, al mejor postor y, en cierto sentido, es más difícil de manipular. Además, que sea el periodista el que dirija el medio, asegura la prioridad de la información frente a otros intereses. Sin embargo, las presiones pueden ser mayores y no cuenta con el respaldo de una editora detrás, a menos que él mismo la cree. A ti, ¿qué te parece?
Un segundo asunto es el de la Comunicación. Se ha parado el trasvase de periodistas a este ámbito pero no es en ello en lo que me quiero fijar, sino en el concepto mismo de quién es periodista y quién no.
Comentaba Luis Palacio, durante la presentación, que las herramientas utilizadas por ambas partes son muy similares, por no decir iguales. Y más o menos debe ser la consideración de los encuestados porque en un 59% de los casos, consideran que sí, que la Comunicación es Periodismo.
Por supuesto, los informadores lo creen en menor medida que los comunicadores (55% vs 76%) pero, aún así, es un porcentaje que me sorprende. Y ¿por qué lo hace? Porque rara vez estos últimos vuelven a ejercer en los medios, es decir, los que ahora mismo están en ellos, “desconocen” qué hacen sus compañeros corporativos… o puede que ya no, y de ahí este dato. Quizá vean las “orejas al lobo” y sepan que lo mismo acaban en el lado oscuro…
Es decir, quién es periodista, ¿el que ha estudiado Periodismo aunque no ejerza como tal? ¿El que ha trabajado en este ámbito aunque ahora no lo haga? ¿El que considera que, con su labor, ayuda a mantener informado al público con veracidad y espíritu crítico?… Creo que a estas preguntas deberíamos darles respuesta más bien pronto que tarde.
Para mí, todos ellos son periodistas. Y ¿para ti? Cómo los / nos definirías.
Antes de acabar con Comunicación, me voy a referir al problema de las presiones que nosotros, los comunicadores, ejercemos hacia nuestros compañeros de medios. Me parece un tanto contradictorio que, por un lado, digamos que debemos presionar, sobre todo, si somos autónomos, pero, por otro, cada uno de nosotros, individualmente, no haya tenido que ejercerlas. No sé, no me cuadra, ¿debemos hacerlo pero no lo hacemos? ¿Por qué sí y por qué no?
Lo que me parece más lógico es que traslademos las presiones recibidas. El cliente exige y tú haces lo propio… Pues no necesariamente, como veíamos. El comunicador debe de hacer de filtro y ni siquiera intentar forzar a un periodista. Al menos es mi opinión, no sé si tú tendrás otra.
Vayamos al último punto del informe: los nuevos perfiles y funciones en las redacciones. En ellas ya no solo hay periodistas, cámaras o fotógrafos. Estos profesionales conviven ahora con analistas de datos, especialistas en SEO y SEM, gestores en redes sociales, “portadistas”, expertos en la experiencia del usuario, editores gráficos, etc., etc., etc. Son los mismos que demandan en los medios internacionales más avanzados.
No obstante, es evidente que el propósito de todos es el mismo: ofrecer la información más veraz y contrastada posible al ciudadano. Así que, bienvenidos.
Desde luego, según comenzaba Luis Palacios su presentación, el Periodismo no es que vaya a cambiar, es que YA ha cambiado. Aunque los 9 principios centrales siguen incólumes, “las herramientas, los soportes de la información, las vías por las que dicha información se distribuye, los condicionantes económicos, sociales y políticos de las empresas.” Pero lo más importante no es que haya cambiado, sino que continúa haciéndolo, y no sabemos dónde va a parar, si es que lo hace.
El problema es que, opino como el responsable del informe, “lo viejo no termina de marcharse y lo nuevo no termina de nacer”, estamos en plena transición con los peligros que eso conlleva.
Sin embargo, el Periodismo es ahora más necesario que nunca. A pesar de las presiones, de los bajos salarios, de la precariedad laboral e incluso de nosotros mismos, el público sigue confiando y no podemos, no puedes, traicionarle.
Te dejo ahora con la presentación completa y, una vez que la hayas analizado, si te apetece, me gustaría conocer tu opinión sobre los puntos tratados aquí, en Bloggy Mary, o en el informe. Como siempre, gracias por comentar y por compartir, y ¡¡feliz Año Nuevo!! Nos leemos en 2017.
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María Rubio
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