Unos Juegos Olímpicos (JJOO) son una oportunidad muy interesante para ver cómo cada país resuelve los problemas de protocolo y la originalidad de sus propuestas en las ceremonias de inauguración. El viernes 27 de julio se celebró la apertura de la XXX edición de los JJOO modernos en Londres, en el estadio de Stratford, con cifras como la participación de 204 países, donde, por vez primera, como se encargaron de resaltar con frecuencia, todos tenían representación femenina, que supone un 4% más que en Beijing: el 46% de los deportistas.

Logo London 2012

La presencia de 120 jefes de estado, primeros ministros y autoridades, que presenciaron el espectáculo en el palco presidencial, en el centro de las gradas del estadio, supuso un importante despliegue de personas de la organización que se dedicaron a recibirlos, atenderlos y situarlos. También tienen que estar atentos, en el momento de la entrega de las 4.000 medallas entre los olímpicos y los paralímpicos, para que suenen los himnos nacionales ganadores de forma correcta y se icen las banderas apropiadas y que no se den situaciones como la ocurrida, incluso antes de la inauguración, con Corea del Norte que casi abandona los juegos al confundir himno y bandera con los de su enemigo del sur.

Pero vayamos a lo interesante, la ceremonia que marca el inicio de los Juegos, porque ha ofrecido una serie de imaginativas soluciones en el aspecto protocolario. Antes de nada, recordemos como, según el Comité Olímpico Internacional (COI), el órgano que sienta jurisprudencia sobre estos temas, explica que se haga, tras el espectáculo principal que depende del país:

  • Desfile de los países participantes por el orden alfabético del país anfitrión, que cerrará este, y que estará encabezado siempre por Grecia, como cuna de los Juegos.
  • Las delegaciones, según vayan llegando al palco presidencial, saludarán al jefe del Estado y al presidente del COI. Según vayan pasando, se situarán en los asientos asignados para ellos por la organización, excepto el abanderado, que permanecerá en el estadio.
  • Tanto el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos (COJO) como el del COI, se dirigirán a la tribuna que se sitúe en el estadio para pronunciar los discursos. El primero dará paso al segundo con la fórmula “Tengo el honor de dar la palabra al presidente del Comité Olímpico Internacional” y el segundo finalizará con “Tengo el honor de invitar a … (el jefe de Estado correspondiente) a proclamar la apertura de los Juegos de la … Olimpiada de la era moderna” y también tiene que referirse, en algún momento, al barón de Coubertin.
  • El jefe del Estado abre los Juegos con la frase “Declaro abiertos los Juegos Olímpicos de … (ciudad) celebrando la … Olimpiada de la era moderna”.
  • A continuación, accede la bandera olímpica al estadio acompañada por el himno olímpico. Se hará en las siguientes condiciones:

– La bandera se portará en horizontal y desplegada.

– Lo hará en solitario, después de las nacionales que llevan los respectivos abanderados y también ondeará sin mezclarse con las otras y, normalmente, en el punto más alto de la instalación.

– Se iza al son del himno olímpico.

  • Momento de entrada de la antorcha olímpica al estadio. Debe ser portada por deportistas y el último relevo es el encargado de encender el pebetero, que no se apagará hasta que finalicen los Juegos, en la ceremonia de clausura.
  • Una vez que se ha encendido, un representante de los deportistas y uno de los jueces, sosteniendo la bandera con la mano izquierda y levantando la derecha, harán el juramento olímpico en nombre de sus compañeros, que estarán rodeando en semicírculo el lugar donde se realiza.
  • Por último, se interpretará el himno del país anfitrión y se procederá al final del programa de la ceremonia de inauguración.

En Londres hubo cuatro puntos que me llamaron la atención: el desfile de deportistas, las banderas, el pebetero con su relevo final y los juramentos.

No me resisto a destacar también el humor negro tan británico que salpicó algunos puntos del espectáculo inicial, sobre todo, la aparición de 007/Daniel Craig en el Palacio de Buckingham para dar escolta a la Isabel II al helicóptero real, desde donde se “tiraron” en paracaídas al estadio olímpico. Allí apareció la Reina con la misma indumentaria con la que “saltó”. La realidad, por supuesto, fue mucho más prosaica; fue recibida por el presidente del CIO, Jacques Rogge, y el del COJO, lord Sebastian Coe, en la entrada al estadio y la acompañaron a la tribuna de honor.

El desfile de los deportistas suele suponer un importante problema de protocolo en el sentido de que, una vez dentro del estadio, es el que más retrasa la ceremonia. Los protagonistas, como suelen referirse a ellos, tienen la costumbre de hacerse mil fotos, grabarse en vídeo y saludar a las cámaras. El problema lo resolvieron con algo tan sencillo como marcar el paso con tambores, que iban al ritmo a las diferentes canciones que fueron sonando, y si alguna delegación se retrasaba más de la cuenta, se situaban detrás de ella para evitar retrasos. Resultado: fueron casi en hora con el plan fijado. Imaginativo y fácil.

Me llamó la atención que la bandera británica entró, tras la Reina, portada por los representantes de los cuatro ejércitos también en horizontal y desplegada, igual que la olímpica. Se izó sobre una colina, coronada por un árbol, en un mástil central. En los de alrededor, se fueron colocando, después, las enseñas de los países participantes.

La bandera británica entra en el estadio olímpico de Londres 2012

La bandera olímpica tuvo como portadores, en vez de deportistas de renombre como venía siendo habitual, personalidades que tienen una clarísima vinculación con la Paz, el Medio Ambiente y la Libertad: Ban Ki-moon, secretario de la ONU; el director de orquesta argentino-israelí, Daniel Barenboim; la política y defensora medioambiental brasileña, Marina Silva; el atleta etíope, Haile Grebreselassie; la Nóbel de la Paz, la liberiana Leymah Gbowee; y tres activistas británicos pro Derechos Humanos, Shami Chakrabati, Doreen Lawrence y Sally Becker, el llamado “ángel de Móstar”. La entregó otra leyenda, el exboxeador Mohamed Ali. Fue un homenaje del movimiento olímpico a todos ellos por su “aspiración común de que seamos mejor de lo que somos”.

Bandera olimpica entrando y portadores - JJOO Londres 2012

Se izó en la colina mencionada, junto a la bandera británica, en un mástil algo más alto, y rodeada por las banderas del resto de países. Es decir, se rompió en este punto con lo que estipulaba el protocolo olímpico.

Colocación de las banderas en la colina - JJOO Londres 2012

La construcción del pebetero fue uno de los secretos mejor guardados y resultó espectacular, a pesar de que su dibujo aparecía en el kit de prensa y en las entradas a la ceremonia. Como decía el locutor de TVE, no hay mejor forma de esconder algo que ponerlo a la vista de todo el mundo… Un niño acompañaba a cada delegación, durante su desfile, portando un minipebetero que fue depositando en una especie de araña central, aunque eso no se veía en las imágenes y nadie sabía para qué era.

La novedad, aparte de lo simbólico que era que se hiciera un único pebetero con pedacitos de todas las delegaciones, vino por dos caminos: su situación dentro del estadio y el último relevo. El que estuviera ubicado en el centro, es algo poco habitual ya que luego hay que trasladarlo a un lateral porque se necesita el espacio para las diferentes pruebas. El lunes lo situaron en un lateral y, lo que también es extraño, la llama olímpica no se ve desde fuera del estadio.

El último relevo supuso, de nuevo, un momento lleno de simbolismo. En un mismo gesto, se resumió toda la ceremonia: el futuro con la niñez y la juventud, el pasado y el Támesis. La llama llegó a través del río llevada en una lancha que conducía un mito británico, David Beckham. La recogió allí el deportista más laureado de la historia británica, sir Steve Redgrave, con cinco oros, que la trasladó al estadio y la entregó a siete chicos, de entre 16 y los 19 años, deportistas elegidos por los medallistas británicos anteriores, dando el relevo, junto con la llama, de lo anterior a lo nuevo. Y ellos fueron los encargados de encender los minipebeteros que luego se unieron para constituir el fuego olímpico. Repito: espectacular.

Entrega de la antorcha a los últimos relevistas

Último relevo - JJOO Londres 2012

Finalizo con otra de las innovaciones que trajo esta ceremonia: además de un deportista y un juez, también hizo el juramento, por vez primera, un entrenador en representación de todos los demás.

Fueron tres horas y media que dieron para muchísimo más. Un maravilloso espectáculo dirigido por el cinematográfico Danny Boyle. Estoy deseando ver el de clausura. ¿Qué os pareció a vosotros? ¿Qué destacaríais de esta ceremonia? ¿Creéis, como dicen, que es la mejor de la historia de los Juegos Olímpicos?