El titular de Bloggy Mary es más largo porque la ocasión lo merece: hablamos de Comunicación Política en elecciones.
Estamos en año en el que se celebrarán varias votaciones a alcaldías, presidencias de comunidades autónomas y, como colofón, las generales. Es evidente a menos que estés metido/a en un zulo incomunicado del exterior.
No se tú, pero me he preguntado en varias ocasiones la razón de que arremetan unos partidos políticos contra todos los demás, en vez de exponer su programa electoral y marcar así las diferencias.
Las arengas más explosivas, por llamarlas de alguna forma, eran habituales en aquellas opciones extremas dentro del arco ideológico. Sin embargo, se han generalizado a las moderadas.
Socialistas y Populares han copiado los discursos de esas otras formaciones en cuanto a tono y contenido crítico, hasta el punto de no ver nada positivo en los demás, solo en lo propio. Como muestra, la entrevista que Susanna Grisso hizo la pasada semana, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Pero, por qué ocurre esto. Qué beneficios obtienen las formaciones políticas para que la Comunicación con el electorado sea igual en todos los partidos, cualquiera que sea su signo.
Es evidente que alguna “tajada” tienen que sacar de ello, ¿verdad? Qué tal si lo analizamos.
El lenguaje crea realidades también en la Comunicación Política en elecciones
Como ministro de propaganda nazi, se atribuye a Joseph Goebbels la frase:
«Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad».
La pronunciara o no, sí se ha convertido en una especie de santo y seña, por ejemplo, de políticos como Donald Trump o Vladimir Putin, por citar a los más recientes.
Con ello, en ningún momento estoy dando por hecho que nuestros políticos mientan… o tal vez sí, eso lo dejo a tu apreciación personal.
Mi misión no es valorar si lo hacen, sino exponer los argumentos psicológicos que nos mueven a creernos determinadas cosas y como el lenguaje construye realidades en tu cerebro a base de repeticiones.
En este artículo de “La mente es maravillosa”, señalan que «los grandes sectores de poder se dieron cuenta, gracias a la experiencia nazi, de que las sociedades eran capaces de creer en cualquier mensaje si este era presentado de la manera adecuada. (…) Bastaba con hurgar en los miedos, los odios y las inseguridades. Luego construir una “verdad” conveniente y repetirla hasta la saciedad».
Por qué crees que la desinformación existe y se difunde con mayor facilidad que las noticias contrastadas.
Esa es una de las grandes razones por las que es prioritario tener unos medios de comunicación independientes del poder político y económico.
Y también que este va a intentar, de todas las formas posibles, hacerse con su control.
En definitiva, si nuestros candidatos repiten, y repiten, y repiten cientos de veces “su” verdad, tienen bastantes papeletas de que nos la acabemos creyendo.
El poder de sesgo de los algoritmos
Buscadores, redes sociales,… todo el mundo de Internet se mueve por algoritmos. Por un lado, está bien porque los resultados son más acordes con lo que queremos.
Pero, precisamente por ello, es un auténtico problema.
Los humanos tendemos a reforzar nuestras opiniones a través de las que nos son afines. Dentro de los sesgos cognitivos, es el que se llama de confirmación.
Es muy pernicioso porque «puede dar lugar a importantes malentendidos entre personas con opiniones diferentes». Esto es: solo ves lo que quieres ver.
Se trata de algo muy propio de personas con opiniones cerradas, que consideran que están en posesión de la verdad absoluta y que aquellos que creen cosas diferentes están equivocados.
El extremo es intentar convencer a los demás de lo que piensas tú de forma incluso violenta. Pueden llegar a pensar que lo diferente supone una agresión directa hacia su persona.
De ahí, la importancia de evitar este sesgo… y los algoritmos lo refuerzan ofreciendo solo aquello que es afín al individuo en cuestión.
Cuando hay una comunicación política en elecciones, hemos de ser conscientes de que los candidatos y candidatas lo están utilizando en sus discursos, para reafirmar en que su decisión es la correcta a aquellos que piensan igual.
De ahí, que denigren las otras opciones, lo que supone un riesgo de polarización social si se hace de manera exagerada, como ocurre en la actualidad. Solo tienes que ver lo del asalto al Capitolio, en Estados Unidos, aunque no es necesario irnos tan lejos…
El uso de las emociones en la Comunicación política en elecciones
En Bloggy Mary, hablé en su momento sobre cómo hacer una presentación y que tu audiencia no se duerma. Vuelvo a ese artículo porque el discurso político también se elabora de forma similar.
Yendo más allá, en el ensayo que luego te insertaré dado su interés, los autores hablan de cuatro grandes modelos de campaña. Seguro que los reconocerás:
Las campañas de la indignación
«Emociones como la ira, el enfado, la rabia o la indignación son herramientas útiles para generar climas de opinión favorables al cambio».
Son campañas dirigidas a la acción y se orientan a personas comprometidas políticamente, pero no electoralmente, sobre todo, si del enojo se vira, una vez asimilada la emoción, hacia un relato positivo, marcado por la esperanza y la alegría.
Para generar climas de opinión favorables al cambio
Se basan en «sentimientos motivadores y de confianza», sin pasar por la fase previa que veíamos antes.
Futuro, esperanza, optimismo, cambio,… son los adjetivos más utilizados. Se invita a los electores a ser protagonistas de esa evolución..
Son campañas opositoras que buscan reforzar el contraste con los otros partidos y, desde ahí, lleva a la movilización de los votantes.
Las campañas del miedo
En este caso «se genera de manera previa un escenario de competición donde se privilegia la confrontación, el antagonismo y la exclusión». Son muy arriesgadas por las consecuencias que se pueden obtener.
Se crea un enemigo común que aglutine al electorado, buscando el sentido de pertenencia y de adhesión al grupo, con lo que eso conlleva, por ejemplo, la polarización social.
Los adjetivos que caracterizan a estas campañas son peligro e incertidumbre, provocar ambas emociones para que se active el instinto de luchar contra la amenaza que supone “el otro”.
Dos ejemplos de esta política los tenemos en las elecciones a la Comunidad de Madrid de 2021, con el eslogan “libertad o comunismo”, es decir, lo bueno frente a lo malo, que te traerá miseria y lo peor de lo peor;
y en el famoso vídeo del doberman del PSOE en las elecciones de 1996:
Las campañas identitarias
Apelan a sentimientos de pertenencia colectiva: existe un vínculo emocional entre el votante y el partido político.
Existen, al menos, tres principales:
- la territorial (nacional, regional o local) típica de los nacionalismos;
- la étnico-cultural, que también puede ser nacionalista o de reconocimiento de las minorías;
- y la generacional, donde los discursos suelen enfrentar lo nuevo y lo viejo.
En las páginas 15 y 16 del documento, tienes un interesante cuadro que explica las principales emociones presentes, la orientación estratégica que buscan y ejemplos donde se han aplicado estas campañas.
Cuál crees que está utilizando cada uno de los grupos políticos.
¿Comunicación, publicidad o propaganda en la Comunicación Política en elecciones?
Empiezo, para reflexionar, con una frase que se atribuye a Julio Feo, durante los comicios de 1982 que auparon a Felipe González a la Moncloa. No sé si son o no palabras textuales, pero venía a decir que vender un producto o una persona, a fin de cuentas, es lo mismo. Hay un mercado y un producto…
Es decir, también en política, hemos dejado de ser ciudadanos para convertirnos en consumidores.
Aunque nuestros candidatos, en más de una ocasión, confundan la una con la otra, no son lo mismo.
Según un texto de Jorge Conde López y Francisco Moreno Rey, ambos profesores de ESIC, que se titula “La comunicación política como instrumento conformador de valores y actitudes. Evolución y estado de la cuestión”, definen ambos conceptos de la siguiente forma:
Propaganda tiene dos acepciones. Atención a la primera porque luego volveremos sobre ella:
- «Sistema de desarrollo y extensión de afirmaciones falsas, mentiras dirigidas a la transformación completa de las mentes, juicios, valores y acciones constituyendo un marco de referencia para la falsificación sistemática».
- «Propagación de las ideas mediante las cuales una determinada opción política trata de ofrecer a los ciudadanos una visión de la sociedad distinta a la de sus concurrentes».
Mientras que publicidad es una «actividad comunicativa a través de la cual un individuo o grupo de individuos se sirven para difundir sus ideas y neutralizar las opuestas, todo ello con el fin último de alcanzar el poder o, en caso de poseerlo, de mantenerse en él».
Y aún hay más si hablamos de Marketing Político que, según los autores, es «el uso programado de las diversas técnicas de comunicación, publicidad y relaciones públicas, dirigido a conseguir adhesiones para personas y programas políticos, sirviendo para el mantenimiento de la imagen de quien está, o quiere estar, en el poder, y tambiénpara destruir la imagen del adversario ante la opinión pública».
Añadamos una última definición. Esta vez sobre qué es la Comunicación Política:
«Uno de los tres procesos (junto con el liderazgo político y las estructuras del grupo) de intervención por medio del cual se movilizan y transmiten las influencias políticas entre unas instituciones gubernamentales y el ciudadano votante»
Qué hacen nuestros candidatos
Se supone que, a lo largo de la historia, hemos ido evolucionando de la propaganda a la publicidad.
Si nos fijamos en el pasado siglo, el ascenso de los grandes partidos totalitarios, de derecha y de izquierda, se basó en una fuerte propaganda, en su primera acepción que hemos visto.
Fíjate a tu alrededor. Enumero: desinformación, sesgos informativos, manipulación (mira Rusia o China con sus ciudadanos, por ejemplo),… ¿Te suena de algo?
Mal comparado, me estaba acordando del cohete de Elon Musk, que, al poco de despegar, se desintegró. La información que subió a Twitter resultó tan divertida que deseo compartirla contigo: «experimentó un rápido desmontaje no programado antes de la separación de la etapa».
¿Te resuena, tal vez, con lo que hacen los cabezas de lista cuando finaliza el cómputo de datos, momento en el que curiosamente todos ganan?
El discurso político alude cada vez más a emociones extremas donde, con alguna alusión leve al programa electoral y sin profundizar en él, se estimulan las opiniones afines y se desprecian las contrarias, sin darles un mínimo de respeto.
E incluso se utiliza el insulto directo. Solo hay que ver las últimas refriegas en nuestro parlamento para darnos cuenta de cómo ha subido el tono hasta límites que, en verdad, resultan vergonzantes.
El papel de los medios en la Comunicación Política en elecciones
Fíjate, sobre todo, en la televisión y la radio cuando conectan en directo con algún discurso de campaña.
Qué ocurre por detrás.
Pues que el director de comunicación avisa al candidato de que va a empezar dicha conexión y este, entonces, interrumpe lo que sea que esté diciendo para, venga o no venga al caso, lanzar su consigna electoral, lo que quiere que se escuche, lo que haya decidido con su jefe de campaña.
Eso es justo lo que vemos y oímos, lo que ellos quieren que nos llegue, con lo que desean que nos quedemos.
Tal cosa no es ni buena ni mala, siempre y cuando sepamos que ocurre así, pero, seamos sinceros/as, ¿tú lo sabías?
Los medios públicos tienen estrictas políticas de minutaje a la hora de informar sobre la andadura de los candidatos en campaña. Que las respeten o no da para otro artículo…
Sin embargo, no ocurre lo mismo con los privados.
Ni tampoco con lo que lees en las redes sociales, en los blogs, etc. Lo que ocurrió en EEUU en 2016, con el ascenso al Capitolio de Donald Trump, sirvió como acicate para que, en teoría, aquellas comenzaran a tomar medidas, empezando precisamente por Facebook.
Por eso, es tan importante conocer la línea editorial del medio en cuestión. ¿Te paras a pensarlo cuando te estás informando?
Pues esa, ni más ni menos, es mí y tú responsabilidad.
La responsabilidad de los medios
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), hace unos pocos días, ha redactado una serie de exigencias de cara a los comicios que nos esperan:
- Que ningún profesional acuda a ruedas de prensa sin preguntas o que, al menos, se indique que ha sido así en las informaciones.
- Que los partidos políticos no acudan con su propaganda a empresas que emitan bulos o promuevan informaciones falsas.
- Que los medios distingan muy bien lo que es noticia de la propaganda.
En cuanto a los debates electorales, ya te hablé de ello en esta entrada de Bloggy Mary. Te recomiendo revisarla, teniendo en cuenta lo que se nos avecina.
Conclusión
Con unos electores cada vez más fraccionados y donde la ideología es más una excusa que una realidad, los políticos hacen lo mismo que los publicistas: buscar las emociones para “vender” un producto o a un candidato, que lo mismo da que da lo mismo.
En momentos de incertidumbre como los actuales, funcionan muy bien los recursos del miedo y el de la indignación, el “y tú más” e incluso el victimismo, el “pobre de mí que el gobierno central, el autonómico o el que corresponda, no me proporciona lo que necesito para darte una mejor calidad de vida”.
Ahora, ya sabes por qué los candidatos hacen comunicación política en elecciones cargando contra los partidos contrarios en vez de explicar su programa electoral.
¿Crees que les resulta efectivo?
Si lo deseas, déjame tu respuesta en comentarios o responde al correo: me encantará saber qué te parece.
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