Hace un par de días, tuiteaba un artículo de la revista Control en el que se ponía en jaque la confianza de los españoles hacia los medios de comunicación. Entre otras verdades, la publicación destacaba en negrita lo siguiente:

  • Entre los españoles, los niveles de confianza en los medios de comunicación se sitúan a la cola mundial.
  • Más de la mitad de los españoles no confían en las buenas intenciones de los medios de comunicación.
  • Los españoles se muestran desconfiados con las intenciones de las distintas fuentes de información.
  • En España, solo 3 de cada 10 afirman que las emisoras públicas de radio y televisión ofrecen programación de calidad.

Hay otros muchos avisos a navegantes dentro del informe de Ipsos Global Advisor, que te pongo al completo a continuación:

Carta Ética Mundial para Periodistas

Justo un día antes, también por Twitter, compartí una noticia de Clases de Periodismo sobre un documento de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) que pretende defender y fortalecer «a nivel global la ética profesional de los y las profesionales de los medios». Se trata de una Carta Ética Mundial para Periodistas.

Con ella, los delegados y delegadas de sindicatos y asociaciones de periodistas buscan actualizar y reforzar «las normas éticas establecidas en la Declaración de Principios de la FIP de 1954 sobre la Conducta de los Periodistas, el texto sobre ética periodística más ampliamente reconocido hasta la fecha. Dicha Declaración fue redactada en 1954 en Burdeos, Francia, y no había sido actualizada desde 1986, por lo que era necesaria la redacción de una nueva Carta adaptada a los desafíos actuales a los que se enfrentan los profesionales de la información».

Me resulta curiosa la coincidencia de fechas entre el informe de Ipsos y el documento de la FIP, que te incluyo.

Pero, lo importante, no es tanto dicha coincidencia como el hecho de que si los profesionales siguiéramos al pie de la letra lo que señala la Carta, la opinión del público sería muy diferente.

Quiero resaltar varios párrafos / artículos que me resultan especialmente llamativos:

  • La responsabilidad del periodista con el público tiene prioridad sobre cualquier otra, en particular hacia sus empleadores y las autoridades públicas. El periodismo es una profesión que requiere tiempo y recursos para ejercerse así como seguridad material, elementos esenciales para su independencia.
  • … será cuidadoso en el uso de los comentarios y documentos publicados en las redes sociales.
  • … siempre informará de su condición de periodista y se abstendrá de utilizar grabaciones ocultas de imágenes y sonidos, a menos de que sea objetivamente imposible para él/ella la recopilación de información de interés general de otra manera.
  • La noción de urgencia o inmediatez en la difusión de la información no prevalecerá sobre la verificación de los hechos, las fuentes y/o el ofrecimiento de una respuesta a las personas implicadas.
  • … se esforzará, con todos los medios, en rectificar de manera rápida, explícita, completa y visible cualquier error o información publicada y revelada inexacta.
  • … se abstendrá de actuar como ayudante de la policía u otros cuerpos de seguridad.
  • Evitará cualquier confusión entre su actividad como periodista y la de la publicidad o propaganda.
  • … el o la periodista sólo aceptará, en cuestiones de honor profesional, la jurisdicción de organismos independientes de autorregulación abiertos al público
  • Todo/a periodista digno de llamarse tal debe cumplir estrictamente con los principios enunciados previamente.

Conclusión

Fíjate bien. Si en verdad se cumpliese lo indicado en este último punto y el profesional estuviera en condiciones de hacer su trabajo, acabaríamos, de un plumazo, con las desinformaciones (mal conocidas como Fake News), con el contenido de marca redactado en los medios como si fuera información cuando es publicidad y, desde luego, con la enorme desconfianza hacia los medios de comunicación.

Es más, al no existir dicha desconfianza, el público aceptaría pagar por las noticias recibidas, pues el contenido será veraz e interesante para ellos. Los muros de pago, que están implementando muchos periódicos en Internet, funcionarían. Igual que la piratería en películas y series ha descendido, también todos nosotros estaríamos dispuestos a dar un dinero al mes por recibir información. ¿O no? ¿Qué opinas?

Sin embargo, volvamos a la realidad. Los periodistas necesitan comer, sus familias precisan de ese sueldo para pagar la educación, la ropa y los gastos del día a día. Los profesionales tienen vocación y, estoy completamente segura, de que, si pudieran, respetarían hasta el mínimo punto de esta Carta. Por eso, te hago una pregunta: si no te quedara más remedio que elegir, qué priorizarías, ¿tu familia o tu trabajo?

Opción: o el / la periodista renuncia a tener pareja e hijos o renuncia a su vocación. Además, tiene que ser consciente de que le pueden despedir y no volver a encontrar trabajo en el sector. Y eso solo si estamos en un país democrático. En caso contrario, subiríamos a otro nivel. Es la única forma en la que, hoy por hoy, veo posible cumplir fielmente lo requerido en la Carta de la FIP.

¿Solución? Que los medios dejen de presionar a sus periodistas. Que el poder legislativo y el judicial protejan el ejercicio de la profesión. Y que todos nosotros, como público, valoremos la importancia que tiene en un sistema democrático la existencia de la libertad de prensa. ¿Crees que es posible?