La ropa que llevas dice mucho de ti. Creo que no estoy descubriendo América ¿verdad? Con eso de la “Mercedes Madrid fashion week” (la Pasarela Cibeles de toda la vida, qué manía con las denominaciones inglesas), me ha entrado el gusanillo de hablar de ropa y de protocolo al utilizarla.

Hace ya un tiempo, fui a una comida de networking (sí, yo también las utilizo). Según llegué, me encontré a un amigo que me dijo que iba muy guapa pero que no era necesario ir tan elegante a un evento así; llevaba un pantalón negro, unos botines negros con tacón cubano, una blusa blanca y una americana gris: algo normal. Sin embargo, me hizo sentir, sin quererlo que debía excusar mi indumentaria. Esto me hizo pensar en la imagen que damos a los demás.

Recordaba entonces una frase que, en la película “Armas de mujer”, dice Sigourney Weaver a Melanie Griffith, aunque, en realidad, es de Coco Chanel: “Viste vulgar y sólo verán el vestido; viste elegante y sólo verán a la mujer”. Siempre he pensado, por mi experiencia, que es una gran verdad que incluye también al hombre, por supuesto. Pero, claro, ¿qué es vestir bien o vestir mal? Pues, por lo que creo, depende del lugar.

Armas de mujer y Coco Chanel

He estado leyendo un artículo de la revista Protocolo sobre cómo Steve Jobs y Mark Zuckerberg han cambiado la forma en que vamos a la oficina, y no me refiero a sus grandes inventos. Las personas que trabajan o van a eventos relacionados con nuevas tecnologías, medios y redes sociales, y no digamos videojuegos han dejado aparcada la corbata. Lo malo es que, en muchas ocasiones, también el gusto y el respeto por los demás.

Lo normal, en estos casos, es llevar unos vaqueros e incluso zapatillas de deporte. A veces, eso sí, incluyen una americana de sport. Las combinaciones son variadas, camisetas, jerseys de cuello vuelto… o no, etc. Alguno con chaleco.

Las chicas, poquito más o menos, aunque se nos permite una cierta “formalidad”. Eso sí, vaqueros y vestidos o faldas muy cómodas.

Diferentes personas - diferentes estilos

Esta moda se ha extendido también a oficinas en las que se desempeñan trabajos no relacionados con nuevas tecnologías, incluso despachos de abogados o similares. Existe el día “casual”, el viernes, en el que está permitido ir con una indumentaria más desenfadada.

Hay personas que no pueden con dicha costumbre. Tenía un jefe que odiaba los vaqueros y que exageraba diciendo que si nos dejaba acudir un viernes de esa guisa, era como si abriera la caja de Pandora del mal vestir, y podríamos aparecer todos en bermudas y chanclas. Ponía el ejemplo de un cliente que les recibió así y en el artículo de más arriba, hay una anécdota de Jobs que apoya la apreciación de mi exjefe.

Porque, como pasa con todo, si tu vestimenta me ofende o me hace sentir incómoda, se cortará de raíz la comunicación entre nosotros. Habrá una barrera real que nos separe, lo que creo que a nadie conviene.

Extremismos a parte, es muy sabio el refrán que dice “allá donde fueres, haz lo que vieres”, lo que no quita que imprimas tu personalidad en la ropa que vas a utilizar. En el festival de Cannes, por ejemplo, hasta los fotógrafos tienen que ir de etiqueta, lo que, fuera de unos pocos eventos, no hacen ni por asomo. Otro ejemplo: no es lógico que si eres desarrollador de videojuegos y vas a una entrevista de trabajo, aparezcas con traje y corbata, pero tampoco con bermudas. Unos vaqueros y algo “arreglado pero informal” en la parte de arriba y asunto solucionado.

Lo que llamamos básicos suelen funcionar muy bien en casi todas las situaciones, con o sin vaqueros: camisa blanca, chaqueta, etc.

Como todo en comunicación, la ropa habla de ti. Pero, qué dice.

Aunque “el hábito no hace al monje”, es habitual que te juzguen por la ropa que llevas y que te acepten o rechacen por ese motivo, como se señala en este artículo de Mundo 52, antiguo pero con la máxima vigencia. En muchos casos, no es consciente y en otros sí. Es más, hay días en que te vas a vestir y dependiendo del humor, eliges unas prendas u otras, unas tonalidades o las contrarias.

Sea como sea y dentro de tu personalidad, debes adaptar tu estilo al evento, acto, reunión, a la que acudas para evitar problemas. Ante la duda, selecciona prendas neutras y dales tu toque especial con los complementos. Es mejor, en este caso, pecar por discreto que todo lo contrario, recuerda si no el traje de Leo Messi en la entrega del balón de oro. Claro, a menos que seas Gorbacho, cuyos trajes, igual que las gafas de Elton John, forman parte de su identidad.

Montaje - Corbacho - Elton John - Leo Messi

Sin embargo, nosotros no somos ninguno de estos dos últimos y, a pesar de su dinero, Messi tampoco (es un consuelo). Esto nos demuestra que la clase a la hora de vestir o la educación a la hora de tratar a los demás no las dan los millones en el banco. Vuelvo a recordar una frase de Cocó Chanel: “La moda se pasa de moda, el estilo jamás”.

En definitiva, adapta tu estilo al lugar al que vayas y a las personas con las que vas a estar para así conseguir los objetivos que te marques, sean sociales o laborales, porque la ropa que lleves dice mucho de ti; te puede abrir puertas pero una elección desafortunada también puede cerrártelas.

¿Piensas que, en realidad, el protocolo en el vestir es tan importante como afirmo? Me interesa, como siempre, tu opinión.