El pasado mes de diciembre se presentó en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) el Informe anual de la profesión periodística 2012. Gracias a Amaya Barriuso (@Amaya_Barriuso) que me avisó, pude tener acceso al texto completo.

Portada - Informe anual de la profesión periodística 2012

Con esta entrada de Bloggy Mary, no pretendo resumir algo que ya ha hecho perfectamente la APM en la nota que sacaron sino reflexionar sobre dos temas que me han llamado especialmente la atención: las opiniones y datos sobre los periodistas que se dedican a la comunicación corporativa y los correspondientes a los problemas profesionales.

Uno de los asistentes a la presentación mostraba su preocupación por el incremento del número de profesionales que se dedican a la comunicación empresarial (un 41% de los encuestados). Incluso solicitó que se sacara del informe, en sus futuras ediciones, a estos periodistas porque, según su opinión, no ejercen como tales y, por lo tanto, no deberían figurar en él.

Cuando le escuché en la grabación, casi me dieron ganas de haber estado en la sala para poder contestar. Sin embargo, Luis Palacios, que dirigió el informe y lo presentó, le dio una gran respuesta que luego, en otra pregunta, se encargó de rematar Marisa Ciriza, presidenta para Asuntos profesionales de la APM. El primero dijo no entender la dicotomía entre unos y otros con el calificativo de bueno o malo. Señaló que hay empresas más oscuras en esta materia pero que hay otras que realizan una política de comunicación ética. De hecho, él mismo ha trabajado en “ambas orillas”.

Informe anual 2012

De izquierda a derecha, Luis Palacios, Carmen del Riego, David Corral y Marisa Ciriza (foto de la APM)

Por su parte, Ciriza incidió en la diferencia existente entre periodistas y no periodistas que se ocupan del servicio de comunicación de una empresa. Los primeros entienden las preguntas, las inquietudes y al compañero que trabaja en medios. Los segundos, al no tener la formación y la cualificación adecuadas, no lo hacen con tanta facilidad.

Todo venía porque, durante la presentación, Palacios expuso que aunque ambos profesionales tienen la misma formación y semejantes herramientas, los periodistas de medios se deben a la audiencia y los corporativos a colaborar en la consecución de los objetivos de sus empresas. Sin embargo, mirando el informe, pensé que, en realidad, tampoco hay tanta diferencia pues aquellos tienen que seguir las directrices marcadas por la política editorial y estos tienen que hacer lo propio con la corporativa. ¿No creéis?

Hay un punto positivo que se resalta en el informe. Sabemos que el tejido empresarial español se caracteriza por un impresionante número de pymes. A pesar de ello, según los datos que arroja el informe, la mayor parte de los profesionales de la comunicación (un 57%) trabajan en compañías con más de cien empleados -un 41,3% en más de quinientos-. Esto significa que hay mucho por hacer en las de menos de cincuenta, que suponen solo un 35% del total. El potencial de crecimiento para los que nos dedicamos a la comunicación es importante.

Crecimiento comunicación pymes

Otro dato curioso a este respecto es que un 33,9% de los autónomos trabajan para una agencia y el 19,8 para un gabinete, lo que supone un 53,7%; mientras que lo hacen para medios un 58,1%. Seguro que veis que la suma no da 100. Es porque la pregunta permitía la multirrespuesta. Conclusión: existen profesionales que están al tiempo en las dos orillas (parafraseando a Luis). Este hecho sí puede suponer un problema ético y deontológico que la APM cree que “no se puede soslayar”. Estoy de acuerdo.

Y hablando de problemas profesionales, el informe pregunta cuáles son, para los encuestados, los más importantes. A parte de la lógica preocupación por el aumento del paro y la precariedad laboral, y por la mala retribución (recordemos la campaña #gratisnotrabajo), el tercer y cuarto lugar lo ocupan la falta de independencia política y económica de los medios, y la falta de rigor y neutralidad en el ejercicio profesional.

Los periodistas nos damos un sonoro suspenso a nosotros mismos (el público nos da un aprobado raspadillo). Está claro que en la teoría, y así se refleja en el estudio de la APM, todos sabemos muy bien cuáles son las prácticas deontológica y éticamente correctas, por eso somos tan críticos con la realidad.

Respecto a la falta de independencia, casi un 30% de los encuestados afirma haber recibido presiones frecuentes para modificar el contenido o la orientación de alguna información y estas llegaron, en su mayoría, de la empresa o el jefe (un tremendo 80,4%) y, en segundo lugar, de instancias políticas (un 27,7%): ahí queda eso. Solo un 25% no las han percibido. ¿Recordáis lo de #sinpreguntasnocobertura?

Aquí traigo a colación un tuit que puse ayer sobre el testimonio que dio una periodista de Telemadrid en un medio digital (periodistas-es.org). Por supuesto, debe tomarse como lo que es, un punto de vista, pero revela con claridad cómo se han ido deteriorando las condiciones en el ejercicio de la profesión.

Testimonio periodista de TVM

¿Y sobre la falta de rigor y neutralidad? Aquí es cuando afecta, según aseguran, la crisis económica. Los periodistas señalan las razones por las que ocurre:

En qué sentido le afecta la crisis en su trabajo

Existen muchos otros puntos en el informe que son dignos de analizar. Si tenéis la posibilidad acceder a él, os lo recomiendo muy encarecidamente. De entrada, os dejo el vídeo del “streaming”:

Todo esto está muy bien. Ya tenemos analizado el sector y cómo es el panorama de la profesión, además de la importancia del periodismo en la sociedad y para la democracia. Sabemos que somos y seremos necesarios, como explicó Daniel Innerarity y se encargó de reseñar Luis Palacios: “La abundancia de datos no garantiza la vigilancia democrática. Son necesarios intérpretes capaces de darles un contexto, un sentido y una valoración crítica. Para ello, el trabajo de los periodistas es inevitable y no va a ser superfluo en la era de Internet, sino todo lo contrario”.

Una vez diagnosticada la enfermedad, como haría cualquier médico, queda tratar al paciente para que se recupere. El informe no da soluciones, solo esperanzas, que es mucho con la que está cayendo. Sin embargo, creo que los periodistas, seamos de medios o no, debemos tratar de resolver estos problemas, sobre todo, si tenemos en cuenta que los directores de los medios de comunicación, en más de 50% de los casos, proceden de otros ámbitos, como Derecho o Económicas, lo que significa que predominan los criterios no periodísticos.

¿Cuál o cuáles pensáis que podrían ser las soluciones? ¿De verdad esta hermosa profesión tiene futuro? ¿Hacia dónde creéis que irá? En otra entrada, hablaremos de la parte digital del informe…