No, no te estoy preguntando a qué huelen las nubes (el agua es inodoro ¿no?), sino algo mucho más concreto. Si tienes una empresa o eres autónomo, es posible que debas hacerte la pregunta sobre cómo se representa tu Comunicación a través de los sentidos.
Por ejemplo, la mía huele o pretendo que huela fresca y que deje huella pero sin apelmazar cabezas. Es de color naranja y turquesa. Y suena a rock casi siempre, aunque a veces también a folk. ¿Por qué he elegido estas características? La razón va más allá de mis gustos personales.
La imagen que damos a los demás con nuestras marcas o de nosotros mismos comprende, además de lo que vemos, lo que percibimos, donde sentidos como el oído y el olfato son muy poderosos. ¿Has pasado delante de un supermercado normal y, de repente, te ha llegado ese maravilloso olor a pan recién hecho? No es casualidad ni tampoco que lo estén amasando en ese momento; en este caso, es una potente herramienta de marketing olfativo que está hablando a tu inconsciente, que se lo digan si no a estos mininos, cuando sus dueños recibieron el folleto de un producto para gatos impregnado de nepeta, en el correo y lo olieron. Desde luego, la publicidad no pasó desapercibida:
El olor es el sentido del recuerdo. Cuántas veces nos ha llegado un aroma que nos traslada a la niñez, aunque no sepamos exactamente qué es, o inmediatamente nos hace pensar en alguien. Es un camino en el que aún queda mucho por andar pero que se está investigando y hay varias marcas, incluso en España, que lo están utilizando. Mira si no esta campaña en el metro de Madrid:
Piensa en los objetivos que buscas con tu Comunicación y en el olor que mejor se asocia con ellos. En el caso de que tengas dudas, pregunta a tus clientes, a tu familia y a tus amigos para hacer un pequeño sondeo, y haz que tu marca huela a eso.
Para potenciar aún más el efecto, añade sonido. Los pubs, por ejemplo, suben el volumen de la música, sobre todo a partir de ciertas horas, por dos motivos y ambos con el objetivo de que beban más: sobreexcitar a los presentes y que tengan que gritar para entenderse. Las grandes superficies comerciales ponen diferentes estilos en el hilo musical según si pretenden que los consumidores vayan más lento y se detengan en los escaparates, o quieran justo lo contrario porque haya demasiada concentración de personas y necesiten un mayor movimiento.
Una marca de bollería hizo el siguiente experimento en un autobús, donde juntó los dos sentidos: olfato y oído.
En mi caso, suena a rock porque te activa, no te deja indiferente y puedes elegir si bailarlo o no, al contrario de la música disco, del dance, etc., pero te gusta escucharlo, cantarlo y sentirlo. También a folk porque innova desde una tradición que asume y lleva, nunca mejor dicho, en las raíces. Y encima pueden unirse ambos estilos…
La Comunicación con colores está bastante más estudiada y explotada que las anteriores. Se conoce con exactitud qué es lo que provoca cada tono en nuestro subconsciente.
Elegí el turquesa porque junta azul y verde. El primero, según puedes leer en este artículo de Webusable.com, representa la lealtad, la confianza, la sabiduría, la inteligencia, la verdad; mientras que el segundo, “sugiere estabilidad y resistencia”. Por su parte, utilizo el naranja ya que significa “el entusiasmo, la felicidad, la atracción, la creatividad, la determinación, el éxito, el ánimo y el estímulo”.
Piensa un momento en las principales marcas de los más diversos sectores. Reflexiona sobre qué sentimientos de despiertan y luego recuerda los colores que utilizan en su imagen corporativa.
Los cinco sentidos representan una enorme posibilidad de trasladar al público al que nos queramos dirigir una serie de valores y de percepciones que nos caracterizan. Sin embargo, hay que tener cuidado porque debe evitarse que se contradigan con el resto de nuestra Comunicación.
Si sonamos a música clásica pero estamos empeñados en poner dance, o fusionamos o confundimos a los demás. Al elegir un color rojo, hablamos sobre pasión, fortaleza, determinación y energía, incluso peligro, algo poco apropiado, por ejemplo, para negocios relacionados con la salud.
Y oler a rosas no es lo mismo que a madera, más asociada con el hombre. El perfume muy pesado o en que deje un rastro espeso a su alrededor da dolor de cabeza. En cambio, el frescor se asocia a la juventud, al deporte, a la actividad, al día a día.
No podemos dejar de ser lo que somos, ni engañar a los demás siquiera a corto plazo. Si yo personalmente no me asociara también a esos olores, sonidos y colores, tampoco podría sentirlos ni transmitirlos a mis clientes ni a mi trabajo. Por ejemplo, me encanta el negro según para qué cosas, pero no es afín a lo que pretendo; de ahí que haya escogido otros colores que también me gustan mucho y que muestran justo lo que quiero: hacer también una Comunicación a través de los sentidos.
Los otros dos que nos faltas, tacto y gusto, son menos “afines” a la Comunicación porque son menos directos. Sin embargo, eso no quita que los tengamos en cuenta dependiendo del tipo de empresa que somos o en la que estamos.
En resumen, mi comunicación es fresca, deja huella, es activa, no te deja indiferente, ofrece confianza, verdad y estabilidad, sin dejar de lado la creatividad, el entusiasmo y la determinación. Y eso lo transmito en mi imagen.
Ahora te pregunto a ti, qué quieres transmitir a los demás y qué colores, olores y sonidos utilizarías para ello. Cómo vas a hacer tu Comunicación a través de los sentidos
Gracias por comentar y por compartir.
Deja tu comentario