Sí, reconozco que, a veces, soy más papista que el Papa, pero no puedo evitar que un escalofrío recorra todo mi cuerpo cuando leo algunas entradas de blogs. Me ocurre a dos niveles: como comunicadora y como periodista.
Al redactar nuestro blog, también estamos dando una imagen de nosotros mismos. Forma parte de nuestra marca personal y como tal, deberíamos cuidar no solo nuestras expresiones y construcciones gramaticales, sino también y de modo preferente, las faltas de ortografía o las palabras mal escritas.
Puedo entender que frente a los 140 caracteres que, como máximo, tiene Twitter, en ocasiones acortemos las palabras. Puedo comprender la influencia anglosajona en los vocablos que utilizamos. Puedo ver normal que haya blogueros que los signos de puntuación los usen de forma aleatoria, por decirlo así. Sin embargo, hay cosas que no me caben en la cabeza y menos en un blog, no por nada, sino por la imagen de la persona que lo está escribiendo. Sin ánimo de dar lecciones a nadie, he aquí algunas de ellas:
“Sobretodo” por “sobre todo”. No, de verdad que no es lo mismo y lo he visto tantas veces escrito que ya casi me pasa desapercibido. En el primer caso, hablamos de un nombre propio que se refiere a una especie de abrigo, si no estoy mal, como el que llevan los vaqueros en las películas del Oeste. El segundo concepto creo que no hace falta explicar lo que significa.
El problema de los “porqués”. Repasemos. “Por qué” es interrogativo; “porque” es la razón de algo y normalmente responde a la cuestión de “¿por qué?”; “por que” viene a ser el efecto o la consecuencia de algo y suele llevar un artículo en medio (“por lo que me gustaría saber si…”); y “porqué” es un sustantivo, por eso también suele llevar un artículo al principio, un ejemplo lo tienes en el título de este párrafo o también en estas frases: “el porqué de las cosas”, “todo tiene un porqué”,…
Atención, importante, aunque parezca que no, en español las oraciones interrogativas y admirativas llevan signos de APERTURA y cierre. De verdad, no somos angloparlantes, que tienen sus propias formas para dar a conocer si una frase cuestiona o admira. En español, no hay un cambio de lugar entre el verbo y el sujeto, como en francés o en inglés. Sí tenemos adverbios, a los que ahora volveré. Para evitar que nos equivoquemos con la palabra escrita, la apertura de las interrogativas y las admirativas señala el punto exacto en el que comienzan dichas oraciones. Así pues, por favor, ya que en Twitter no lo soléis hacer, ¡al menos hacedlo en vuestro blog! Por cierto, después de poner el signo final de interrogación o admiración, no va un punto porque el propio signo lo posee.
Y hablando de ello, los adverbios interrogativos y admirativos siempre van acentuados. Siempre, incluso aunque no lleven los signos. Por ejemplo, “Carlos pensó en qué maravilloso era ese cuadro” (admiración), “No tenía ni idea de cómo iba a salir del lío en el que estaba” (interrogación). Lo veis ¿verdad?
Seguimos con los puntos suspensivos. La primera que lo hacía mal, que conste, era yo. Los puntos suspensivos son tres, ni más ni menos, y si ponemos un etc., después no pueden colocarse; lo uno excluye a lo otro.
Termino con otro clásico: el “más”. Cuando es un adverbio de cantidad, siempre, siempre, siempre se acentúa, cuando equivale a “pero”, no. Lo vemos mejor con un ejemplo: “Tenía que elegir entre las dos opciones mas no tenía claro cuál de ellas le favorecía más” (aquí un “mas” sin acento, otro con él y un adverbio interrogativo acentuado, como es menester); “Era lo más bonito que había visto en su vida” (adverbio de cantidad y además en una comparativa); “Tenía que saber más sobre ella”. Lo normal es que el equivalente a “pero” se utilice rara vez, así que la mayoría de los “mases”, van con acento.
Todos dudamos. Hay veces en que incluso he de escribir una palabra para ver si me suena o si no. Tenemos estupendos correctores en los programas de texto que nos señalan los posibles errores, aunque, claro, solo en aquellos vocablos que no existen o que tienen faltas claras. Podemos poner “baca” refiriéndonos al animal, y el diccionario que tienen incorporado no detectaría que está mal escrito. Por eso, ahí van mis trucos:
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Las entradas a mi blog las escribo siempre en un programa de texto y luego las copio, en este caso, a WordPress; así me aseguro.
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Repaso varias veces lo escrito y, en ocasiones, hasta lo imprimo porque se ve mucho mejor en papel que en pantalla. Si lo que has redactado es muy importante, deberías hacerlo.
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Doy varias vueltas a la forma de expresar las frases. ¿Suena mejor así o de esta otra forma? ¿Se entienden bien?
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Tengo abiertas dos ventanas en mi navegador: la de la Real Academia Española (RAE) y la de sinónimos de Wordreference. En el caso de tener la menor duda sobre cómo se escribe algo, para no poner constantemente las mismas palabras, para resolver mis dudas sobre el uso de los signos de puntuación, para evitar faltas de ortografía y para ver cuál es el vocablo exacto que transmite lo que quiero expresar o si el que he puesto, es el correcto, no dudo en consultar de inmediato cualquiera de las dos ventanas.
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A parte de todo ello, estoy muy pendiente de las publicaciones que hace Fundeu (Fundación del Español Urgente) sobre el uso del español; sin duda, la labor que desarrollan es extraordinaria. Si la duda no me la resuelven ni la RAE ni Wordreference, acudo a ellos a través de Twitter.
Nuestra forma de expresarnos, como decía al principio, forma parte de la imagen que comunicamos a los demás. Cuando empiezo a leer la entrada de un blog y me encuentro con faltas de ortografía, a la segunda, por muy interesante que sea lo que me explican, cierro la ventana del navegador. Imagino que habrá personas que harán lo que yo y otras que no pero que no tendrán la mejor opinión del bloguero.
Por supuesto, no soy ni de lejos una gran escritora mas lo intento, lo busco cada vez que empiezo a teclear o que cojo papel y bolígrafo. Todos somos falibles, sin duda, y yo la peor, pero debemos cuidar lo que decimos y cómo lo hacemos.
¿Habéis detectado alguna otra palabra que se escriba mal de forma habitual? ¿Cuáles son vuestros trucos para redactar correctamente y que no se os pase ninguna falta ortográfica?
Hola María
Me ha encantado tu post. No puedo estar más de acuerdo. Escribí hace algo más de un año uno similar http://www.christiandve.com/2012/04/la-importancia-de-escribir-correctamente-incluso-en-redes-sociales/ y creo que debemos intentar ser cuidadosos a la hora de escribir. Cualquier cosa más que pueda decir, ya la citas en tu post. Muy bueno.
Saludos
Sí, esta entrada viene a recalcar lo que tú escribiste tan acertadamente, como siempre. Muchas gracias por tu opinión, Christian (así da gusto), y buen fin de semana.
Me parece apropiado, seguir las normas de la real academía. Las faltas de ortografía y puntuación «duelen» a la vista, pero sin duda, las sociedades modernas, el estilo comunicativo y las nuevas tecnologías, a la vez que los préstamos, anglicismos, americanismos, etc. derivados de la globalización,están haciendo que nuestro idioma, como otros, se «desvirtúe»,es un fenómeno significativo de culturas en contacto, amén del laso interés que ponen estas generaciones en puntos, comas y demás signos ortográficos. Parece que toda esta formalidad del lenguaje está próxima a ocupar sólo los ambientes académicos.
Algo así sucedió tiempo atrás cuando el latín, lengua de lo más culta, fue desbancada por las lenguas romances. Quizá este fenómeno sea significante de un cambio fuerte en nuestro lenguaje.
De todas formas, lo importante es el mensaje, y desde luego, si algo caracteriza esta sociedad es eso: la comunicación
Hola, Francisca. Como digo en el «post», puedo entender (soy la primera que lo practico) el uso de anglicismos. El idioma tiene que ser algo en constante modificación porque, en caso contrario, hablaríamos de lenguas muertas como el latín que tú mencionas. La incorporación a nuestro vocabulario de términos nuevos, provengan de donde provengan, es bueno para el español. Por supuesto, el mensaje es importante mas si no sabemos trasladarlo, no existe la comunicación o es errónea respecto al concepto que queremos trasmitir. No sé si a ti te ha pasado pero, en mi caso, he tenido que leer dos y tres veces una frase en un blog o en un correo electrónico porque estaba tan mal puntuada y escrita que resultaba inteligible, aunque no había faltas ortográficas. La función primordial del lenguaje, según mi opinión, es la comunicación entre nosotros. Si no respetamos unas reglas básicas que entiendan por igual emisor y receptor, no existe dicha comunicación, por muy interesante que sea el contenido. Yo leo «sobretodo» y entiendo un tipo de abrigo. Sin embargo, no lo es para el emisor. Leo «mas» y entiendo «pero», cuando no es así. Podría ponerte muchos ejemplos y seguro que tú unos cuantos más a mí. En definitiva, no se trata de «formalidad del lenguaje» solo para «ambientes académicos», sino de comunicación pura y dura que todos entendamos con facilidad.
Mil gracias por tu comentario y feliz semana, Francisca 😉
¡Me pasa al igual que a tí. Apenas detecto un texto o mensaje mal escrito y se me quitan de inmediato las ganas de leerlo!
En mi caso no sólo redacto mis entradas en una aplicación tipo Word, si no que, también suelo imprimirlas y dárselas, por ejemplo, a mi novio para observar su primera reacción. Creo que la opinión honesta de un tercero beneficia finalmente a nuestros lectores.
Es una gran costumbre, Jennifer. La anécdota de hoy es que estoy programando los contenidos de un cliente y me encuentro con una falta ortográfica gordísima en el post de un colaborador. Como no me ha quedado otra, lo he tenido que subir pero aún me duelen los ojos: un «a vemos» seguido de participio. Lo de los «más» ya ni lo cuento… Aich.
¡¡Mil gracias por tu comentario!!
Yo acabo de leer un post de Turquía y he visto la palabra humanidad sin la h. Así que las anécdotas o cuentos de horror frente a semejantes errores gramaticales no cesan
Como profe de lengua castellana, aunque no ejerza desde hace algunos años, no puedo más que agradecer un post como este, de verdad. Cada vez nos duelen más los ojos leyendo en internet y en prensa, no solo digital, ojo: también en papel. Gracias por contribuir a que haya algunos menos 😉
Siempre he sido defensora de nuestra lengua como parte de «marca España» y también de marca personal… y sacaba sobresalientes en Lenguaje 😉 Hay que ser flexibles (para eso está Fundeu, entre otras labores) pero siendo conscientes de la importancia de expresarnos correctamente para comunicar bien y justo lo que queremos.
Mil gracias, Miguel, por tu comentario, y esperemos que cada vez nos duelan menos los ojos.
Muy interesante todo lo escrito y muy cierto. Por ahí recibí mi «pedrada en la cabeza» ya que al por enseñar inglés tengo el mal hábito de omitir los signos de apertura en la interrogación y admiración en español. Prometo enmendar este error.
¿Tú sabes María sobre una anécdota que ocurrió cuando, por rapidez, era más usual el telegrama y por haber omitido una coma, una persona se salvó de haber sido fusilada?
Jajaja, la influencia del inglés es alargada. No, Cristina, no conozco la historia y me encantaría. ¿Me la cuentas o me dices dónde verla?
Gracias por el comentario y feliz noche.
Excelente entrada, María, ¡y muy necesaria! A menudo se queda uno horrorizado con algunos blogs. En muchos casos, el blogger de turno tiene un estilo atractivo y conecta con el público, pero si falla la forma, el contenido no llega como debería hacerlo. Has citado algunos gazapos clásicos: el punto después del signo de admiración de cierre (en la Renfe deberían repasar esta norma ortográfica básica para redactar sus folletos y paneles informativos…). Enhorabuena por el post.
¡Saludos!
Hola, José Luis. Sí, hay veces que yo también me horrorizo. Hoy he visto escrito, en el titular de un post muy sesudo, «axfisia» tal cual. Otro error que veo mucho últimamente es acentuar la «o». Según las últimas normas de la RAE, ya no va acentuada en ningún caso (antes era sólo cuando iba entre números). Total, que seguiremos luchando, jajaja.
Gracias por tu comentario y por tus parabienes. !Buen fin de semana!
Sí, yo soy uno de los ‘conservadores’ que de tanto en tanto sigue acentuando la ‘o’ entre números, en casos como ‘1 ó 2’, je, je. Pero es cierto, la RAE ya no lo recomienda. El caso más grave que he visto yo, en un copy por cierto, fue un anuncio que me asaltó en una página. Se trataba de una imagen con el siguiente texto: ‘¿A qué famoso de pareses?’. He buscado el anuncio para hablar de él en mi blog, pero supongo que lo retiraron de la circulación tan pronto se dieron cuenta del error garrafal 🙂
¡Buen fin de semana para ti también!
¡¡Qué me vas a contar!! Aún me cuesta no acentuar los prononmbres este, ese y aquel en sus variantes, jajaja. Gracias de nuevo, José Luis. Un abrazo.