Jueves 29 de junio. 09:45 de la mañana en Madrid. El día se avecina caluroso y, sobre todo, interesante. Salgo del metro de Príncipe Pío y me encuentro con una magnífica carpa, en la parte de la antigua estación que da a la Cuesta de San Vicente, donde esperaba un eficaz equipo que evitó las colas que se forman en las acreditaciones en hora punta. Se nota y mucho que estoy en un evento para los organizadores de eventos como creadores de emociones.

 

 

Emociones porque, con puntualidad, sale al escenario un mimo que empieza a introducirnos a los asistentes en la magia que puede envolverte cuando el acto está bien planificado, con los objetivos claros y con contenido de calidad.

Y cuáles eran esos objetivos. No estoy en la organización ni pertenezco a la AEVEA, la asociación de agencias de eventos española, cuya presidencia ostente Darío Regattieri, pero los deduzco por lo vivido y por el lema de esta primera edición (habrá más) “Un evento para la industria de las emociones”.

Y sigo hablando de ellas porque vivimos alguna más pero vayamos por partes.

Tras la bienvenida de Darío, empezamos a hablar de futuro con Alex Rovira, empresario, escritor, economista, conferenciante internacional y consultor español. Explicó que hay una serie de impactos que condicionarán el devenir de todos nosotros: un gran giro en los centros de actividad económica, que se trasladarán a Asia (China e India); África multiplicará su población por cinco y Europa será mestiza; el envejecimiento de la población; la genómica; la red, es decir, Internet y los medios sociales; la realidad aumentada; el grafeno, al que dio mucha importancia; la nanotecnología; el incremento del turismo, lo que es una excelente noticia para España.

Me quedo con varias frases suyas para que reflexiones:

  • El futuro no es inevitable, es “inventable”;

  • el surgimiento de los nuevos artesanos, especialistas en su campo pero aplicando la tecnología y teniendo muy clara la cadena de valor;

  • el factor sorpresa es más potente que la alegría;

  • la Psicología crea la Economía, pues la miseria moral engendra la económica;

  • lo que nos transforma es el creer, ya que lo que creemos tiende a ser lo que creamos: integridad, sinergia y eficacia;

  • si somos capaces de utilizar la tecnología y el talento, seremos invencibles.

Muy inspirador Rovira.

Llegó la hora de reflexionar sobre el evento como imagen de las ciudades, algo que estas no acaban de comprender en muchas ocasiones. Representantes de las administraciones y de las agencias, se sentaron en una mesa redonda. La verdad es que la conversación dio bastante de sí y estas son las conclusiones que recogí:

  • Los eventos deben tener una capacidad transformadora de las ciudades, de su realidad cotidiana.

  • Devolver la ciudad a los ciudadanos, sí, pero racionalizando el turismo, no poniendo impedimentos a este.

  • La ciudad es un continente que está elaborando contenidos de forma constante.

  • Debe haber una mesa de diálogo conformada por representantes públicos y privados. Se insistió mucho en que no hay un foro entre agencias y los funcionarios que tramitan los permisos pero que no tienen ni idea sobre el tema, tampoco existe una legislación básica, ni se implica al ciudadano, ni se tienen en cuenta sus intereses.

Como lees, mucho sobre lo que trabajar, ¿verdad? Y más cuando, a continuación, otra mesa redonda abordó la radiografía de la industria de los eventos. Los integrantes centraron la intervención en el briefing, ese gran conocido / desconocido de las empresas. Sin duda, como decían, uno bien hecho es vital para el éxito de la acción que se quiera organizar. Repito: vital. Y el cara a cara del organizador con el cliente para limar todos los puntos, sigue siendo imprescindible.

También comentaron la parte de financiación. Ahí me quedo con Ander Bilbao, director de Sörensen, cuando pidió que se especificara el importe destinado al evento desde el principio, de forma que los concursos sean por talento, no por rebaja de tarifas que, al final, queramos o no, rebaja la calidad. Y las emociones, parafraseando a cierta marca, no tienen precio.

Tras ellos y una vez que vimos cómo va a ser la nueva estación de Príncipe Pío (¡alucinante! Nos va a dar muchas sorpresas a todos), volvió la magia con una improvisación de Impromadrid Teatro donde el público pudimos participar… En este aspecto, es curioso que, precisamente nosotros, seamos tan parcos a la hora de hacerlo. Puede que estemos tan acostumbrados a ser la parte invisible, que nos cueste intervenir. No lo sé.

Aunque, para magia, magia, la de Javier Luxor. Ya me sorprendió en la Thinking Party de Telefónica, pero lo volvió a hacer. Tenías que haber visto las caras de los asistentes, pasando de la incredulidad al asombro total. Veníamos de un fantástico cóctel (de los mejores que he probado en todos los sentidos) y nos despertó sin problemas. Es lo que tienen las sensaciones.

Después pasamos a tres charlas rápidas, tipo TEDx según indican en el programa (¿?), en las que nos mostraron como, con poco dinero y tiempo, y mucha imaginación, se pueden crear “juguetes” muy chulos para que el público participe; cómo la sostenibilidad va más allá de reciclar el papel y que no hay eventos sostenibles; y cómo la tecnología bien entendida puede innovarlos siempre que haya pasión, que supone el 35% del éxito pero que solo un 15% de las personas se muestran apasionadas.

En este último caso, Silvia Leal nos mostró un vídeo con el cual a más de uno se nos humedecieron los ojos: un dron de emergencias, creado por un universitario, capaz de salvar vidas. De nuevo, emoción en estado puro.

Por cierto, quién crees que es más creativo, el hombre o la mujer… Pues te equivocas. Los más creativos son los hombres con un fuerte lado femenino y las mujeres con un fuerte lado masculino, es decir, la androginia psicológica. Que lo sepas 😉

Los tres ponentes anteriores, junto con dos más y ¿moderados? por Javier Piedrahita, de Marketing Directo, dialogaron sobre la innovación en el mundo de los eventos. Me quedo con sus recomendaciones finales:

  • La importancia de cómo trabajar un evento y del neuromarketing.

  • Si un asistente falta, no usar streming sino hologramas que, bien hecho, son indistinguibles de la realidad.

  • La gamificación de forma que haya una interacción activa (¿existirá la interacción pasiva?).

  • Hacer participar al público y que salga de su zona de confort. En este sentido, “te lo tienes que pasar bien”.

  • Criterios de sostenibilidad, sobre todo, en eventos corporativos.

¿Quieres más emociones? Emocionante fue el cierre del mimo que nos dio la bienvenida y el encuentro entre compañeros que, parece mentira, o nos vemos aquí, en eventos, o no nos vemos excepto en las fotos del grupo de Whatsapp.

Sí, hoy me he excedido en la extensión del artículo de Bloggy Mary pero el tema lo requería. Ahora espero tus comentarios. Gracias por darme tu opinión y por compartir, si te ha gustado.