La televisión, dentro de los medios de comunicación, es la estrella. Es la reina de la inversión publicitaria, con el permiso de Internet, que va creciendo más y más. Para la mayor parte de los clientes, salir en televisión supone el súmmum. Y si, además, intervienen de forma habitual como expertos o contertulios, la satisfacción es plena. Salir en ella, suele ser esta una de las imposiciones que, por regla general, nos hacen a las personas o departamentos de comunicación.

Sin embargo, quitando si es fácil o no conseguir que el cliente salga en la “pequeña pantalla”, no todas las personas valen para ello y, desde luego, necesitan una seria preparación a la hora de enfrentarse a una cámara. Ante esta situación, existen cuatro posibilidades: que el periodista le capte de improviso, que esté previsto en una rueda de prensa o encuentro con los medios, que sea una entrevista o que intervenga con otras personas dentro de un programa.

Este medio se diferencia de los otros tradicionales en que no solo es importante la palabra: la imagen juega un papel básico y hay que cuidarla muy bien. Hablemos de unas reglas generales:

  • La ropa debe ser la apropiada. Es decir, si vamos a un programa de economía, no es muy adecuado aparecer con vaqueros y con una camiseta con el logotipo de los Rolling Stones en medio del pecho. Lo lógico es llevar un traje, en general, con corbata, en el caso de los hombres, y con la indumentaria apropiada (traje, vestido o combinación de prendas de carácter formal) en el de las mujeres. Si, en cambio, vamos a otro en el que hablamos de rock, a lo mejor es más “normal” lo indicado al principio. En definitiva, tenéis que adaptar la apariencia a la temática del programa pero evitando los colores chillones o los diseños psicodélicos.
  • Si eres un médico o farmacéutico, la bata blanca da muy buena impresión en el caso de que se vayas a realizar alguna demostración.
  • Cuando llevemos americana o chaqueta, hay un truco para que no se produzca esa antiestética arruga a la altura del cuello: sentarse sobre la parte de abajo. Así quedará tensa y la imagen será mucho más pulcra.
Chaqueta ministro de AAEE José Manuel García-Margallo en los Desayunos de TVE

El ministro de Asuntos Exteriores no siguió este consejo

  • Aunque se ocuparán en maquillaje, es conveniente evitar los brillos en la cara y el sudor. Este último suele significar nerviosismo. Cuando lo notemos, es conveniente solicitar, en cuanto haya una pausa, que nos retoquen. En caso de no haberla, a menos que sea una entrevista que no suele durar lo suficiente para que el maquillaje “haga aguas”, podemos solicitar, antes de empezar, que nos señalen cuándo no estamos en el objetivo de la cámara para poder secarnos con un pañuelo de papel que habremos disimulado entre nuestra ropa. Y esto sirve para hombres y mujeres.

Ahora, con una imagen estupenda, toca que tratemos sobre las posibilidades antes vistas. El periodista con su cámara puede querer declaraciones del cliente de forma “imprevista”. Esto puede ser bueno y malo al tiempo. Bueno porque nos impide sentirnos amedrentados ante la cámara y, por el contrario nos obliga a la acción y a responder. Malo por lo mismo, ya que impide que reflexionemos de forma adecuada dichas respuestas o que nuestra imagen no sea la más apropiada. También pueden darse dos circunstancias: que sea en directo o que vaya a formar parte de un programa más elaborado.

La sorpresa del directo puede prevenirse, esto es, si pensamos que podría existir dicha posibilidad, hay que ir con la lección aprendida para que no nos pille de improviso. En estos casos, es mejor pecar por exceso que por defecto. Si está elaborado, es probable que el profesional solo coja el mensaje principal, que, como veremos en unos párrafos, deberíamos tener preparado en forma de titular. Por ejemplo, en la capilla ardiente de Santiago Carrillo, las declaraciones de todos los que aparecieron en este reportaje del informativo de TVE, excepto las de los ciudadanos “de calle”, eran así.

Puede ocurrir que seamos nosotros los que convoquemos a los medios para un evento, rueda de prensa, etc. Por lo tanto, dirigimos la aparición, aunque teniendo en cuenta que el periodista puede preguntar lo que considere oportuno y debemos estar preparados para ello.

questionAnte una entrevista en televisión, es el profesional el que marca los tiempos y los contenidos. Muchas personas quieren saber cuáles van a ser las preguntas para evitarse sorpresas o incluso vetar alguna de ellas. No se puede. Repito: no se puede y esto vale para cualquier medio de comunicación. A parte de que queda como una cortapisa a la labor del periodista, lo que nos pondría en una situación incómoda ante él, tampoco este sabe cómo va a desarrollarse el encuentro. Lleva una batería de preguntas preparadas pero una respuesta determinada puede variar el rumbo de la entrevista por completo, y eso no lo sabe de antemano. Lo que sí podemos solicitar, y siempre dependerá de él si lo concede o no, es un guión de la entrevista por si hemos de preparar cifras u otros elementos visuales complementarios. Por cierto, que nos preparemos no significa que nos aprendamos de memoria las posibles respuestas: queda fatal.

En el supuesto de que estemos como contertulios o acompañados de otras personas en plató, es importante saber previamente quiénes son (se suelen entregar documentos con un breve perfil pero si no es así, hay que investigar en Internet), los temas a tratar y en calidad de qué vamos a intervenir. Puede que alguna de estas tres variables no nos interesen como profesionales. Ante ello, hay que declinar la invitación con cortesía, poniendo alguna excusa creíble.

Unas últimas recomendaciones:

  • Mira al presentador o al periodista y, en lo posible, olvídate de la cámara. La persona que la manipula y el realizador, que decide en qué momento entran las diferentes imágenes, ya saben cómo y cuándo sacarte. Además, te pondrás menos nervioso al hablar con un interlocutor.
  • Intenta comportarte de forma natural, de igual manera que si estuvieras explicando lo mismo en una reunión, es decir, que si eres una persona muy gestual, lo sigas siendo; y si eres contenida, no cambies. Trata de sentirte cómodo.
  • A ello suele contribuir cambiar antes unas palabras con el periodista. Por eso, debes llegar con suficiente tiempo para maquillarte, que te presenten al profesional y al resto de los contertulios, si es el caso, y para dialogar un poco con él o ellos. Esto te servirá de mucho para relajarte.
  • No pierdas nunca la compostura ante una cámara. Debes tener el suficiente dominio de ti mismo para que no ocurra. Es mejor quedarse callado o dar una respuesta tipo “prefiero no entrar en esa polémica”, a dar un espectáculo del que luego te arrepentirás. Si esto es válido para cualquier medio, en el caso de la televisión, por cuestión de imagen, es prioritario. Una persona que mantiene las mínimas normas de educación en sus intervenciones, siempre será bien considerada. Gracias, por favor y perdón son tres palabras que nunca deberían faltar en nuestro diccionario.cuestionario
  • Prepárate muy bien. Si tienes una agencia, departamento o a una persona de comunicación, te lo harán ellos pero, en caso contrario, anota todas las preguntas que se te ocurra que puedan hacerte. Habla con compañeros, amigos y familia para que te incluyan otras en las que no hayas pensado. Contéstalas todas por escrito para que se te queden las respuestas en la cabeza pero sin aprendértelas de memoria. En definitiva, domina el tema del que vas a hablar o declina la invitación.
  • En este sentido, prepara dos o tres frases que resuman las ideas que quieras destacar en tu intervención, como si fueran titulares, e intenta insertarlas durante todo el discurso. Pero, cuidado, deben ser lo suficientemente flexibles para tener cabida de forma natural en tus respuestas de tal forma que nunca dé la sensación de que no contestas a las preguntas. Por lo tanto, debes escuchar muy bien al periodista y a las personas que puedan intervenir. Mejor olvidarse de ello que parecer impostado o huidizo.
  • Y, aunque resulte difícil, sé sincero. La mentira se nota en la expresión, en la compostura e incluso en la voz.

¿Se os ocurre algún punto más de interés? ¿Qué os parece? ¿Habéis estado alguna vez en televisión? Te invito a que nos expliques cómo fue. Seguro que tu experiencia será muy enriquecedora para todos nosotros.