Es curioso cómo se comporta la actualidad. Hace poco menos de un mes, en Bloggy Mary hablamos de las excusas del Protocolo y, date, resulta que durante la semana pasada y lo que llevamos de esta, la entrada no podía haber sido más premonitoria. Así que, lo que iba se ser una sola entrega, por obra y gracias de nuestros políticos, se ha convertido en dos.

Imagino que habrás escuchado, leído, visto e incluso comentado, el supuesto desplante de Artur Mas a la vicepresidenta de Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, con motivo de un acto empresarial en el que ambos estaban invitados. Como era de esperar, el problema no se quedó ahí y como una bola de nieve, ha ido creciendo hasta alargar sus tentáculos hacia el , que comenzó ayer.

Mas recibe a Rajoy en el Foro del Mediterráneo

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Sabes bien que no hablo de política. Por supuesto, tengo mis opiniones pero solo las prodigo en mis ámbitos familiar y de amistad, en esos momentos en los que todos arreglamos el mundo… y a veces ni siquiera, dependiendo de la compañía. Es decir, no voy a entrar en esos barros, que siempre terminan siendo lodazales, y me voy a circunscribir únicamente al mundo del Protocolo, que es el que nos ocupa.

No voy a analizar aquello que ya grandes entendidos en la materia han tratado con acierto e inteligencia, para eso te remito a los artículos de en su blog, certero como siempre, y de , presidente de la , en el diario ABC. Ambos abordaron (y bordaron), la pasada semana, el asunto Mas-Santamaría.

Sin embargo, no quiero dejar pasar lo que ha ocurrido en el Primer Foro del Mediterráneo Occidental. Para centrarnos en el tema, hay que señalar dos puntos:

  • Este evento reúne, por vez primera, como su nombre indica, a algunos países que forman parte de la Unión para el Mediterráneo (UpM) “un organismo internacional surgido del programa de colaboración y desarrollo de relaciones internacional que agrupa a 43 países y a más de 756 millones de ciudadanos de todos los Estados miembros de la Unión Europea y Estados norteafricanos y de Oriente Medio del ámbito mediterráneo, miembros a su vez de la Liga Árabe, incluyendo particularmente al Estado de Israel”, según publica .

  • Se trata de un foro tipo 5×5, es decir, cinco países, y subrayo la palabra porque ahí está la clave, europeos más otros cinco de africanos enclavados dentro del Mediterráneo occidental, a saber: Argelia, España, Francia, Italia, Libia, Malta, Marruecos, Mauritania, Portugal y Túnez. Se celebra en la sede central de la UpM que, y ahí viene la polémica, está en el Palacio de Pedralbes, en Barcelona.

Es decir, es una reunión de países (en concreto de sus ministros de Asuntos Exteriores, excepto el de Italia) en suelo español.

En realidad, hay dos posibles puntos de vista en este asunto:

  • Cataluña es la anfitriona, por lo que su presidente ha de dar la bienvenida a los invitados.
  • España es la anfitriona, es decir, que José Manuel García-Margallo, como ministro de Asuntos Exteriores, debería ser el que da la bienvenida.

La diplomacia de Moncloa ha invitado a asistir a la inauguración a Artur Mas porque es el presidente del Gobierno de Cataluña, por deferencia, por lógica y para evitar polémicas. Aún así, la polémica se ha producido porque el presidente del gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña, a parte de dar la bienvenida como ha hecho, también quería intervenir abriendo el Foro durante tres minutos.

Aunque no lo sé a ciencia cierta, creo que, en el último momento y dada la situación y la petición del Artur Mas, se cambió la idea inicial de cómo se iba a desarrollar el Protocolo durante la inauguración.

Además de dar la bienvenida, Mas posó en la foto oficial en el centro de la imagen, junto con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y con Rajoy a su izquierda, en un lugar inferior en términos de Protocolo, sin ceder su lugar de anfitrión. Es decir, actuó, en mi modesto parecer, en un puesto que no le correspondía y que no tenía asignado hasta que lo exigió y se le concedió. Tampoco tuvo la deferencia habitual de ceder su sitio a la principal autoridad presente.

Foto oficial del Primer Foro económico del Mediterráneo Occidental

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La lógica dicta que Margallo, como anfitrión, cediera su puesto a Rajoy, colocándose inmediatamente a su derecha y Mas a la izquierda. Sin embargo, como se ve, al ser impares (es de imaginar, nueve ministros, más los dos presidentes; el representante de Italia ocuparía un lugar posterior), las dos personas que ocupan el centro son Mas y Margallo, cuando deberían haber sido Rajoy y el ministro de Asuntos Exteriores español.

Y hecha la foto oficial, se fue porque, según hemos escuchado al consejero de Presidencia, Francesc Homs, debía atender a sus obligaciones ya que no «puede hacer otra cosa«. Ahí dejo la frase.

Vamos a ir más allá. Este Foro, está enclavado en un marco internacional, de ministros de Asuntos Exteriores o sus representantes de diez países donde, por el momento, Cataluña no tiene un lugar porque es una comunidad autónoma española. No es el caso de Rajoy que, como máxima autoridad invitada, abrió la sesión. Es como si se celebrara en Barcelona una reunión de los ministros de Defensa de la OTAN y quien presidiese el gobierno catalán quisiera ser el anfitrión o estar en ella. A nadie se le ocurriría objetar nada (aunque ahora habría que verlo), entonces, ¿por qué lo hacen en el caso del Foro?

Pues porque la polémica no viene por el acto en sí, sino por el pulso que mantiene el gobierno de Cataluña con el de España por su proceso independentista, y el de España con Cataluña, claro. Se trata de ver quién puede más, se lleve por delante lo que se lleve y, en este caso, es el Protocolo, al que se le achacan todas las dificultades cuando es justo al contrario.

Señores míos, el Protocolo, como regulador de las relaciones entre todos, también es saber negociar, ser generoso, respetar que en las cuestiones oficiales las normas son las que son (o cámbienlas) y en las privadas, las que decidan los anfitriones, los reales, claro. Punto, es sencillo.

Pero si nos atrincheramos en posturas recalcitrantes, sin escuchar (no me refiero a oír, que tampoco) a los demás, a negarnos a ponernos en el lugar del otro, sin respetar las normas que nosotros mismos hemos aceptado, con un afán de protagonismo innecesario y absurdo, lo que estamos consiguiendo es dar una imagen dentro y fuera de nuestras fronteras de un país y unas comunidades autónomas medievales, donde el absolutismo es el que gobierna, y no la razón y el derecho.

No sé qué opinas tú pero, para mí, el Protocolo y la Comunicación ayudan a las relaciones con los demás. Aunque, claro está, si alguien quiere vivir aislado, no necesita de lo uno ni de lo otro. Y si alguien quiere aislar a otra persona o institución, tampoco los precisa.

Ahora es tu turno: ¿qué piensas de esta polémica? ¿Te parece tan absurda y fuera de lugar como a mí?