Los más mayores recordaréis “Lou Grant”, magnífica serie protagonizada por un periodista de “Los Ángeles Tribune”. Duró un lustro en la antena de la CBS, de 1977 a 1982. Para esa época, a la tierna edad de seis años, yo ya había decidido que de mayor quería ser periodista y la emisión de esta serie reafirmó más mis convicciones.
Poco tiempo más tarde, pude disfrutar de todo un clásico que se estrenó un poquito antes que “Lou Grant”, “Todos los hombres del presidente” (1976). No me cabía ninguna duda: me apasionaba esa profesión. De hecho, repetí selectividad, habiéndola aprobado, porque me faltaban dos décimas para entrar en la carrera y, claro está, lo conseguí.
¿Por qué periodista? Había varias razones. Me gusta investigar la información y llegar al fondo de los hechos, me gusta escribir y la magia de la radio, me gusta conocer gente, me gusta el halo romántico que nos envuelve (vale, nos envolvía), me gusta estar en el origen de la noticia, me gusta el papel de intermediario que ejercemos, me gusta dar el protagonismo a quienes realmente lo tienen, me gusta esa idea de vigilantes de los tres poderes,…
Este ejercicio de añoranza viene de una conversación que tuve por Twitter con Ana de Aro (@ananitos) a raíz de mi post “Los datos y los contenidos: se necesitan periodistas”. Comentábamos que estamos muy necesitados de buenos profesionales y puso un hashtag, #elcuartopoderqueyanoexiste, que me dio la idea para esta nueva entrada de Bloggy Mary.
Ana tiene razón: hemos dejado de ser el cuarto poder o, al menos, de ejercer como tal. Debemos asumirlo. ¿La razón? Si tienes tiempo, te recomiendo encarecidamente ver esta película de Tres y un perro, «Cuarto poder: los medios en la sociedad de la información»
[vimeo http://www.vimeo.com/34371453 w=500&h=281]
Si lo prefieres, en este enlace tienes la película por partes.
Te lo dejo ahí. En otras entradas anteriores de mi blog, analizo la razón de la cada vez más menguante credibilidad de los medios y el porqué de su declive, así que no voy a repetirme.
Lo que me interesa analizar es si algo o alguien vigila al vigilante, si hay un Quinto Poder, y no me refiero al económico, como señala en un artículo de opinión Alejandro García Nistal en ABC, si no al que enuncia Alfredo Vela (@alfredovela) en este otro: ¿Las redes sociales son ya el Cuarto Poder?
Y sí, en mi opinión, lo son. Pero no el Cuarto sino el Quinto. Lo que ocurre es que aún está en fase beta, es decir, todavía no nos lo creemos.
Al observar a los otros poderes, vemos que legislativo, ejecutivo y judicial están compuestos por pocas personas, al compararlo con el total de la población. Periodistas hay alguno más. Todos ellos son maleables precisamente porque son pocos y desunidos, sea por unas causas o por otras. La información que les llega es entrópica y mediatizada.
Sin embargo, la población que accede a los medios sociales es cada vez mayor y es más difícil de manipular pues la información con la que cuentan es global. Tenemos el ejemplo, a pesar de sus muchos fallos, de Wikileaks y en este artículo de la revista Yorokobu aparecen algunos más.
Podría ser cierto el que a más personas, más desunión, pero hechos como el de la “Primavera árabe” o las movilizaciones en contra de la corrupción que asola los poderes legislativo y ejecutivo, ocupando el segundo lugar entre las preocupaciones de los españoles, según la última encuesta del CIS, nos demuestran que no es necesariamente así.
¿Qué consecuencias podría traer esto? A priori, me parecen muy buenas. El Cuarto Poder tendrá que activarse si no quiere desaparecer, y los otros tres estarán más controlados pues seguro que alguien con acceso a los medios sociales puede “traspapelar” información que les inculpe.
No obstante, es evidente que el legislativo, el ejecutivo y, en menor medida, el judicial van a tratar de poner puertas al mar; no les interesa ser controlados. Porque sí pueden mentir y tratar de manipular, pero es difícil que a corto (y cada vez más corto) plazo no se averigüe y se anule la falsedad; es lo que tiene un sistema global de información que, cuidado, no es Periodismo sino noticia.
Veremos cómo se desarrolla este Quinto Poder. ¿Cómo crees tú que lo hará? Es más, ¿consideras que ese poder existe y está ahí, controlando a los otros cuatro?
Soy de las que piensa que el 4 poder es necesario porque la buena información no la va a tener el 5 poder y las redes, mal dirigidas, pueden ser peligrosas. Los periodistas, ahora más que nunca, tenéis una responsabilidad fundamental. Buena reflexión en tu post.
Hola, Ana. Por supuesto que el Cuarto poder es necesario, siempre que sea profesional e independiente. Por eso hablamos de que los medios sociales serían el Quinto (el Cuarto es insustituible) y moderaría a los moderadores, lo que pienso que no es malo.
Mil gracias por tu comentario y por la idea del post, Ana. Un abrazo
Hola María como siempre buen artículo.
Quizás esto del 5 poder sea así, pero creo que todavía le falta algo más tiempo para poder tener la influencia de la que goda el periodismo. Lo único que sí esta haciendo mucho daño, a mi entender a esta profesión, es el que grandes tv o periódicos sean tan partidistas y lleven a sus periodistas a tener que decantares casi incondicionalmente con ellos. Como tu dises habría que ser más independiente. Un saludo
Hola, José:
Muy de acuerdo contigo. Al Quinto Poder, le queda aún mucho por avanzar pero está creciendo según las redes sociales se expanden entre la población. Creo que es bueno que alguien controle al Cuarto que, hata ahora, se ha visto coartado por intereses políticos y económicos. Por control, me refiero al desarrollo en libertad impidiendo los abusos que cercan a cualquier poder cuando no tiene nada que le frene. Y por coartar me refiero a coacción y a barreras interesadas. El Quito Poder podría convertirse en un elemento de control, no de coacción, de los otros cuatro y por sus propias características, difícil de manipular en el tiempo… o eso espero, aunque no será fácil.
Muchas gracias por tu comentario, José.