Para responder a esta pregunta, un año más, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) presentó en diciembre el informe sobre la profesión de mis amores y su situación actual.
Y, como no, de nuevo, toca analizar sus luces y sus sombras. ¿Serán más halagüeños los datos que en los estudios previos?
De entrada, la respuesta es no.
Y encima algunos han empeorado… Pero vayamos por partes, como dijo Jack el Destripador ;-P
El paro y la precariedad de los periodistas,…
Aunque, por lo que parece, el paro ha descendido en el último trimestre de 2019, lo que no puede contemplar el informe, se ha roto la tendencia de años anteriores en los que los desempleados iban a la baja. Ahora son algo más de 7.000, un 63% mujeres.
Aquí es importante resaltar que los datos con los que juegan en la APM pertenecen a los periodistas apuntados en las oficinas de empleo y que han solicitado trabajar como tales en la primera opción. Es decir, son todos los que están pero no están todos los que son. Con seguridad, las cifras reales serán bastante más altas.
Y los contratados tampoco las tienen todas consigo. La mala retribución se sitúa en primer lugar entre las preocupaciones de los profesionales.
Esta vez los resultados son algo más positivos, al menos si ejercen como periodistas que trabajan para un medio. Otra cosa es que sean autónomos o sean comunicadores, que llevan (llevamos) las de perder, pues la retribución es más baja que el año anterior.
Resulta extraño, como bien resaltan en el informe, que al tiempo de que los entrevistados se quejan de los malos salarios, se las respuestas se segregan individualmente, se muestran conformes con el que reciben. Es de imaginar que se trata de una percepción general pero, ¿crees que es acertada?
… y la financiación de los medios
El tema estrella en este ámbito es la instauración de muros de pago que han anunciado los periódicos generalistas más importantes, léase El País o El Mundo, que ya los tienen implantados en pruebas. Son los que están abriendo el camino pero con resultados que, a priori, parecen no ser los mejores. Habrá que verlos en la distancia.
Lo que está claro, según aconseja Luis Palacio, director del informe, es que los medios «deberán reorientar sus estrategias editoriales para contar con más información exclusiva. Y, desde luego, independiente». Algo que, de momento, no están haciendo porque el origen de los datos en los que basan las informaciones son, en su mayoría, públicos y de acceso libre.
Pero bueno, mientras tanto, ahí andan priorizando la publicidad como método de financiación, sin que la erosión que sufren las fuentes monetarias tradicionales logre ser compensada por las digitales.
Este mismo mes, ha salido el informe sobre la inversión publicitaria prevista para 2020 y el ascenso será de un escaso 0,8%, dirigido sobre todo a Internet y móviles, lo que no es una buena señal.
A ello se añade, según Luis Palacios, que hay un trasvase de financiación de informativos a entretenimiento. Se me ocurre, cómo no, el ejemplo de Cuatro, que se han desvanecido por arte de magia, o la desaparición de muchas corresponsalías, o… Pues vamos bien, ¿verdad?
¿Hay demasiados periodistas?
Al ver los datos del informe sobre la situación del periodismo y de los periodistas en España, la pregunta me asaltó casi de inmediato. Qué opinas tú.
Se trata de una profesión bastante atractiva, que parece tener un halo de aventura y de incluso cierta sofisticación, falsos en ambos casos, hay que decir. Eso supone un aluvión de matrículas, aunque, por supuesto, no terminen la mayoría.
Así pues, si contamos desde que se licenció la primera promoción, allá por 1975, en este 2020, habremos salido de las diferentes facultades de CC de la Información (incluyendo los nuevos grados) más de cien mil periodistas.
La estimación actual es que, como tales, existen 20.000 puestos de trabajo. Habrá que añadir los que estamos en el ámbito de la Comunicación y los autónomos.
Incluso siendo bastante optimistas (mucho, diría yo), pon que, en total, podamos hablar de unos 50.000 profesionales que tuvieran una opción de empleo. Queda la otra mitad en un limbo en el que no pueden ejercer. Ahí lo dejo.
Los jinetes del apocalipsis: independencia, confianza, …
Vale, me he pasado con el título. De todas formas, las cifras que arroja el informe no son positivas.
El grado de independencia que percibimos en la profesión parece que ha mejorado ligeramente: seguimos en el suspenso pero casi rozando el cinco.
Los españoles, en cambio, sí que dan el aprobado y confían en la información que obtienen a través de los medios, pero, dicha confianza «se ha ido erosionando en los últimos años». De hecho, según el “Trust Barometer” de Edelman, les damos un índice de 42 sobre 100 (la media en España en todos los ámbitos es de 45 sobre 100 y la global de 59), aunque mejora en 6 puntos respecto al año anterior. Algo es algo.
También hay diferencias entre periodistas y público en lo que se refiere a las fuentes de información. Los primeros creen que la gente utiliza, sobre todo, las redes sociales, y después la tele, la radio, etc. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, según el informe.
Más bien las redes ocupan el último puesto entre las preferencias de los ciudadanos. Aunque hay una contradicción evidente: los informativos de radio son los que cuentan con mayor confianza pero «consumen con gran diferencia, los informativos de televisión, seguidos de los diarios digitales, los programas de radio y, en cuarto lugar, los enlaces a noticias en las redes sociales».
La explicación a las diferentes percepciones de los periodistas respecto al público puede estar en que lo primeros extrapolan sus propias costumbres a la toda la población. ¿Qué opinas?
…imagen y desinformación
Tampoco hay buenas noticias en cuanto a la imagen que los ciudadanos tienen de los profesionales. Según el informe sobre la situación del periodismo y de los periodistas en España, se debe a los intereses económicos y políticos de los grupos editoriales.
Aquí, de nuevo, no hay acuerdo. Creemos que es por «el amarillismo, el sensacionalismo, el convertir la información en un espectáculo, seguido por la falta de rigor y de calidad de la información».
Y, a pesar de la mala opinión social, seguimos amando nuestro trabajo…
La desinformación, seguro, es responsable, en gran parte, de la “mala prensa” que tenemos. Además, va por secciones: en Cultura y Ciencia hay mayor objetividad, y en Economía y Política bastante menos. Normal.
En este sentido, quiero resaltar la noticia que dio Juan Caño, el presidente de la APM, al principio de la presentación sobre la situación del periodismo y los periodistas en España y que muestra la peligrosidad que puede suponer este “jinete”. ¿Te enteraste de que hubo un hackeo, a mediados de diciembre, del canal 24 horas de TVE por parte de Russia Today? Lo publicó ABC y se hizo eco La Vanguardia, pero nadie más que haya visto.
Otro ejemplo de desinformación con delito de por medio.
Redefinición del papel del periodista en un mundo digital
Este hecho es algo que resalta el documento y del que surgen varias preguntas:
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En una redacción con cada vez más perfiles diferentes al del informador (analistas de datos, programadores, etc.), qué criterios se utilizan para elaborar las noticias: ¿periodísticos o técnicos?
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Dicha colaboración, ¿supone una mejora en el trabajo que realizamos?
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¿Por qué hay muchos más autónomos en los medios digitales?
He aquí las respuestas:
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Unas veces priman unos factores y otras otras otros. El 40% de los encuestados aseguran suelen predominar los criterios periodísticos a la hora de redactar la información.
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La mayoría (un 60%) consideran que sí, que ayuda en su trabajo el contar con profesionales de diferentes ámbitos. Aún así, los que creen que es accesorio suponen el 40% restante. Ahí lo dejo.
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Suelen tener facturaciones inferiores o muy inferiores a los no digitales, por lo que deben recurrir a los colaboradores en vez de tener una plantilla fija más o menos numerosa.
Diferencias entre el trabajo en periodismo y en comunicación empresarial
Para el final, me he dejado lo mejor, desde mi punto de vista, claro.
Fíjate en esta pregunta:
«¿Cree que el trabajo que se desarrolla en el departamento de comunicación de una empresa o institución, que busca conseguir una serie de objetivos corporativos o asegurar la misión de una institución, puede considerarse periodismo?».
En 2018, el 54% de los encuestados respondía que sí, que podía considerarse como tal, mientras que este año el porcentaje ha descendido hasta el 38%. ¡¡Son 16 puntos porcentuales menos!! Guau.
Resulta curiosa una variación tan exagerada en apenas 365 días. Es difícil saber la razón y, por supuesto, en el estudio no aparece.
He estado pensando sobre ello y se me ocurren varias posibilidades. Es probable que en la unión de todas esté la respuesta:
- más dificultades para acceder a los protagonistas de la noticia;
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publicación de informaciones saltándose a la prensa, a través de plataformas sociales;
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aparición de más medios propios que dan su visión de los acontecimientos;
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desinformación;
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que los responsables de comunicación en los partidos políticos (por ejemplo) pertenezcan a otras áreas ajenas al periodismo;
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… añade tú otras que se te ocurran (y compártelas en comentarios, por favor).
Al menos, una buena noticia: cada vez hay más profesionales de la comunicación trabajando para pymes.
¿Te apetece responder a las preguntas que te he ido haciendo a lo largo del artículo? Me encantaría conocer tu opinión.
Mientras, aquí tienes el vídeo de la presentación para que saques tus propias conclusiones sobre la situación del periodismo y de los periodistas en España. Que lo disfrutes:
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