Una vez terminado el parón de vacaciones, que todos las necesitamos, vuelvo a Bloggy Mary. Y sí, te he echado de menos. Bienvenido de nuevo a tu espacio de Comunicación, Periodismo y Protocolo.
Empiezo con un concepto que seguro que te resultará familiar, sobre todo, relacionado con la restauración y la moda: las pop-up o espacios efímeros.
Cuando me puse a investigar un poco para escribir el artículo, me surgieron varias preguntas que intentaré responderte en él. A saber: ¿son un evento o meras tiendas con fecha de caducidad? ¿Qué las diferencia, por ejemplo, de una feria o de un mercadillo? ¿Sirven para cualquier sector, por ejemplo, para el B2B o solo para los dos aludidos en el párrafo anterior, es decir, dirigido al consumidor final? ¿Tiene cualquier negocio el potencial de generar una pop-up de éxito?
Evento sí o evento no
Aquí entramos en la propia definición del término. Si buscas en Wikipedia, lo primero que te encontrarás es que son tiendas efímeras pero, si sigues leyendo, el concepto queda mucho más claro:
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“permiten a las marcas tener una presencia en los sitios más emblemáticos y cotizados de las ciudades y ampliar su presencia en el mercado durante un tiempo determinado.
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Se trata de marketing experiencial, que ofrece a las empresas un canal directo de venta, una manera eficaz para fidelizar a los clientes y la posibilidad de descubrir nuevos mercados.
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Las Pop Up Shops permiten a las marcas crear un ambiente único que involucra a sus clientes, así como genera sensaciones de relevancia e interactividad”
Por un lado, parece que el objetivo es la venta pero, por otro, busca la generación de experiencias y el reconocimiento de marca. En estos dos últimos aspectos, que agrupan los tres puntos anteriores, es donde queda claro que sí, que se trata de un evento que puede ser muy interesante para las marcas porque, cuando se hace bien, además de los ingresos, genera imagen y un gran impacto por poco dinero, ya que la creatividad es prioritaria.
¿Mercadillo? ¿Feria? No, pop-up
Sin duda, su duración efímera la asemeja a ambos. En el caso de la feria, también el objetivo de conseguir imagen de marca está presente y es precisa una buena dosis de creatividad, en especial cuando se trata de destacar entre cientos de stands. Y en el mercadillo, dependiendo de la ubicación, el encanto puede estar asegurado. Las coincidencias acaban ahí.
Respecto a la feria, el pop-up no tiene por qué encerrarse entre cuatro paredes. Se puede celebrar en un autobús o en una carpa, en la terraza de un bar, en un contenedor o en medio de la playa. Siempre en lugares especiales, con encanto, incluso en el centro de las ciudades, en locales desocupados,… Lo importante es la experiencia del que acude a ella, lo que termina redundando en ventas. Además, la exclusividad que ofrece es mayor que en aquella.
Un mercadillo tampoco es lo mismo, sea especializado o con puestos de muy diversa índole. Lo habitual es que tenga una periodicidad, cosa de la que carecen las pop-ups, y su único objetivo es la venta por lo que va dirigido a un público mayoritario, cuanto más, mejor.
Estas son las diferencias que veo, aunque seguro que a ti se te ocurren muchas más. ¿Y si me las cuentas en los comentarios? Sigamos.
Las empresas de cualquier sector ¿están invitadas al festín? ¿Y las B2B?
Cómo podría hacer una pop-up una empresa de servicios. Por lo que he visto, todas las que organizan estos eventos tienen algo físico que vender, sea un menú, un vestido o dispositivos electrónicos. Ahora bien, sí se pueden ofrecer como valor añadido: compra una tableta y la formación de tu equipo para que saquen el máximo partido a las cientos de opciones disponibles para tu sector. Podría ser una posibilidad. Ahora bien, solo servicios, por sí mismos, creo que resultan complicados de organizar en pop-ups.
En este mismo sentido, la verdad es que no conozco ningún caso que avale su uso por las B2B, ya que para eso están las ferias (otra distinción) y los actos más corporativos. Parece, por lo tanto, que los eventos que nos ocupan en este artículo siempre se dirigen a un cliente final.
Todo ello significa solo lo que acabo de decir, que me faltan ejemplos que confirmen su uso. Tal vez existan y no los haya encontrado. Quién sabe, a lo mejor tú tienes alguna información al respecto…
Grandes o pequeñas: yes, we can
Según comentábamos más arriba, la creatividad es un elemento fundamental y los negocios no necesitan pagar un alquiler mensual para celebrar las pop-ups, por lo que el coste deja de ser un problema.
Eso significa que pueden crearlas desde pymes hasta grandes compañías; es una ventaja interesante para luchar en igualdad de condiciones, como ocurre con las redes sociales.
Beneficios de las pop-ups
Además de los señalado a lo largo y ancho del artículo, el ser un espacio efímero y acotado le da el atractivo de la escasez, lo que hace que el producto sea más deseable.
También los clientes pueden ver y tocar, lo que es imposible, por ejemplo, en una tienda online. Consigue, por lo tanto, que sea más confiable.
El objetivo puede ser de lo más variado: librarnos del stock, lanzamientos de productos o de líneas nuevas, presentaciones, imagen de marca, etc., e incluso todos ellos juntos.
Manos a la obra
Para crear una pop-up, al igual que en cualquier evento, el espacio donde se celebra es fundamental porque hablamos de crear experiencias únicas.
Este punto y la decoración que queramos hacer serán los que se lleven gran parte del presupuesto. Así que, tenemos que ser muy conscientes de las disponibilidades económicas a la hora de planificar lo uno y lo otro. De nuevo, ya sabes, la creatividad al poder.
Una vez que tienes claros ambos puntos, toca promocionar, promocionar y promocionar. Aquí las redes sociales juegan un papel muy importante, al igual que el trabajo que desarrollen los influencers, si es que decidimos invitar a alguno, lo que también puede dar un buen bocado al presupuesto.
Es cierto que no necesitamos que acuda uno de los grandes, que nos va a pedir un pico; mejor un embajador de marca, de esos que tienen un número inferior de seguidores fieles y que, a su vez, nos siguen, retuitean y recomiendan.
Recuerda que aspecto interesante puede ser la exclusividad. Define muy bien quién quieres que acuda al pop-up y dirígete a él por los medios que tengas a tu alcance, mejor si son propios y ganados, porque te resultará mucho más asequible.
Tú tienes la palabra ahora. Te he dejado varias preguntas a lo largo del texto y me gustaría también conocer tu opinión sobre las pop-ups. ¿Qué experiencias has tenido? Gracias por tus comentarios y por compartir si te ha gustado.
Hola Maria! Para mi, como señalas en tu post hay mucho de experiencia y exclusividad, pero ojo, ha de salir bien. Hace poco estuve en un festival donde habia una pop up de cosmética femenina ‘cara’ y quiero pensar que muy buena….el caso es que lo unico que hacían allí era vender y ‘obligar’ a las visitantes a compartir en redes una foto con su producto…..a cambio de NADA, resultado, mas que experiencias satisfactorias, hubo mofas y un contacto con la marca muy muy negativo. Una lastima, pues era una forma interesante de contactar con un target mas joven que el habitual. Una ocasión perdida para esa marca…
Abrazos!
Miguel
@mbarreralyx
Hola, Miguel.
Uff, de ahí la importancia de cuidar todos los detalles para dar la mejor experiencia al cliente. Si no, como le ocurrió a esa marca, le puede salir el tiro por la culata. Para vender, cuando solo se busca eso, hay otras opciones. Una pop-up tiene que ir más allá.
Gracias por compartir esta experiencia que demuestra, una vez más, que la reputación de una marca se puede ir a pique en segundos por una poco reflexionada acción de Comunicación.
¡¡Feliz noche y un abrazo!!