Los peores trabajos del mundo son leñadores y reporteros, por este orden. Cierto que no tienen mucho que ver, más bien nada, pero un estudio los enlaza junto con otras ciento noventa y ocho profesiones. La situación es aún más grave si retrocedemos en la clasificación un poquito porque nos encontramos con que los locutores y presentadores, los fotoperiodistas y los escritores también aparecen en los últimos puestos. Muchos días internacionales y seguimos igual, aunque tampoco creo demasiado en su eficacia.
El estudio estadounidense lleva haciéndose desde hace doce años y eso, a mi entender, le confiere credibilidad. Por supuesto, habrá que salvar el océano Atlántico para saber si en Europa y más concretamente en España la clasificación sería la misma. Sin embargo, dado el contagio que suele darse entre las dos orillas, es muy probable que más bien antes que después los datos sean similares.
Voy a contarte una historia. Érase que se era, cuatro adolescentes, todos amigos del mismo grupo, que están debatiendo a qué se van a dedicar en ocho años. En este momento, tienen tiempo de sobra para decidir; con quince primaveras, hasta los diecisiete no necesitan elegir una carrera universitaria.
Lo que sí tienen claras son sus vocaciones, a pesar de su juventud. Una de las chicas, desde que tiene uso de razón, quiere ser periodista. El chico que la gusta tiende también a una licenciatura en Ciencias de la Información pero en la rama de imagen y sonido. La mejor amiga de ella es una apasionada de las redes sociales y está enganchada todo el día por lo que ha decidido hacer una profesión de su afición y va a cursar algún grado de especialista en medios sociales, aunque todavía no tiene claro cómo lo hará. Y el cuarto, el mejor amigo del chico, siempre está metido en todos los saraos y le parece que organizarlos tiene que estar genial; está decidiendo si hace la carrera de Protocolo y Eventos, o de Comunicación para luego especializarse.
He entresacado de la lista de CareerCast con los mejores y peores trabajos del mundo aquellos que tienen que ver con la Comunicación, los Eventos, el Marketing y los Medios Sociales. Y este es el resultado:
Tras ver esta clasificación, ¿qué les recomendarías? Por mi parte, pienso lo siguiente.
A la futura periodista, le diría que bien, que adelante con licenciatura pero que se especialice en ámbitos con futuro. En concreto y como ves, el que mejor lo lleva es el escritor de temas técnicos y científicos, o sea, el periodista de ciencia de toda la vida, que es capaz de transformar cualquier texto infumable en algo que sus seguidores puedan entender.
También los perfiles analíticos y técnicos tienen su hueco ente los setenta y cinco primeros. El content curator, del que ya hemos hablado en Bloggy Mary, debido al creciente flujo de información al que nos vemos expuestos a diario, se convierte en una profesión muy necesaria, sobre todo para los cargos directivos de las empresas. En el estudio, el Manager Consultant va un paso más allá pues no solo elige y gestiona la información, sino que también la interpreta para poder aconsejar de forma adecuada a su cliente.
Desde luego, le aconsejaría a esta chica que evitara dedicarse al periodismo escrito, que ocupa la penúltima posición entre los doscientos empleos analizados. Tiene una proyección muy negativa para 2022 (-13%), que es cuando acabarían la carrera los cuatro, si todo les va bien. Aunque el salario es más o menos decente, en lo que se refiere a la media que señala el estudio (poco más de 37.000 dólares), el nivel de estrés es de los más altos, y el ambiente laboral y las perspectivas de contratación son muy malas.
El estudio explica que el newspaper reporter es “un trabajo que ha perdido su encanto de forma radical en los últimos cinco años y es de esperar que se desplome en su totalidad para 2022, según van desapareciendo las publicaciones impresas”.
Tampoco le vendría bien dedicarse a la televisión, al menos como periodista. Aquí el chico que la gusta lo tiene mejor. En este sentido, me resulta curioso el puesto setenta y dos que ocupa el técnico de emisiones (broadcast technian) cuando el locutor o presentador (broadcaster) está en el ciento noventa y seis, y con una proyección de crecimiento negativa para dentro de ocho años (-13%).
Es decir, según el estudio, podemos prescindir que quien nos habla más que de quien consigue que le oigamos o veamos. Para 2022 ¿darán las noticias los robots? ¿No sería más lógico que se automatizaran las emisiones y no los contenidos? A mi entender, estos deberían seguir en manos de las personas pero las cifras parecen desmentirlo. Esperemos que se equivoquen pero, sea como sea, mejor que nuestra protagonista femenina se olvide de ello.
Si nos fijamos en los salarios de unos y otros, los técnicos ganan un 33% más que los presentadores. Mientras que los primeros cobran una media de 41.200 dólares, los segundos ni llegan a los 28.000. Así que, desde luego, la causa por la que los presentadores están desapareciendo respecto a los técnicos no es por el gasto que suponen para sus empresas.
La forofa de los medios sociales lo lleva mejor que ninguno, si exceptuamos las dos primeras opciones de su mejor amiga. Los especialistas están situados en el puesto ochenta y con un salario que ronda los sesenta mil dólares anuales: ¿dónde hay que firmar? Está visto que los norteamericanos nos pagan mejor que los españoles y, por la descripción del puesto, aquí damos más por menos. ¿Será porque aún no ha calado la importancia que tienen o por el intrusismo de personas que no son profesionales de verdad?
En un grupo de Facebook al que pertenezco, Social Media Revolution, subí una noticia sobre el estallido de la burbuja del community manager. Se generó un pequeño debate y la conclusión es que sí, que ha estallado, debido a las dos razones que esgrimía en la pregunta anterior. Por lo visto, esto ha ocurrido en España pero no en otros países, donde se valora la figura del especialista en comunidades digitales. Es posible que allí no exista el intrusismo de aquí y que las empresas se den cuenta de la importancia que tienen los medios sociales en su presente y en su futuro.
Respecto al cuarto adolescente del grupo que quiere ser coordinador de eventos, su profesión está entre los peores puestos de trabajo (ocupa el lugar 138) más por el nivel de estrés que por su proyección de futuro, que es del 44%. Está el quinto entre los diez empleos más estresantes y, como nota curiosa, también ocupa el sexto lugar de la clasificación de los doce más sobrevalorados. Pues no será por el salario, que no llega a los 46.000 dólares anuales. Es decir, tiene un buen futuro pero un nivel de estrés que el chico deberá valorar si le merece la pena por el dinero que cobra.
Menos mal que ninguno del cuarteto tiene que tomar la decisión ahora y puede que, para dentro de dos años, haya variaciones o aparezcan otras especialidades que les encajen mejor. Mientras tanto, tú, en su lugar, ¿qué elegirías y qué les recomendarías? ¿O directamente les dirías que estudiasen Matemáticas puras, que es el mejor trabajo, según el estudio, con un 23% de proyección, un ambiente laboral, un nivel de estrés y unas perspectivas de contratación magníficas, y que encima tiene un sueldo anual de más de cien mil dólares?
Gracias, como siempre, por leer y compartir.
María Rubio
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