Leí ayer una noticia que aparecíó en PRNoticias el pasado 11 de junio: “La Asociación de la Prensa Andaluza denuncia intrusismo en las becas de periodismo”. Por lo visto, grupos de comunicación, entre ellos el Grupo Joly, han decidido introducir en sus redacciones, como becarios, a filólogos u otras carreras de Humanidades en detrimento de los periodistas. Se les acusa, desde la Federación Andaluza de Asociaciones de la Prensa y la Comisión Gestora del Colegio de Periodistas de Andalucía, de formentar el intrusismo.
Nuestra carrera universitaria es relativamente reciente. La Escuela Oficial de Periodismo se creó en Madrid en 1941 pero la Facultad de Ciencias de la Infomación de la Universidad Complutense de Madrid no apareció hasta 1975, con la transición. De ambas instituciones y de otras que se crearon después en las diferentes universidades de nuestro país, salieron la mayoría de los periodistas que están o han estado ejerciendo en España. Si queréis saber más sobre la parte inicial de ese desarrollo, os dejo un curiosísimo documento escrito por Juan Beneyto, en el que en diez páginas explica “La formalización del saber periodístico en España”. Es de 1963.
Me gustaría destacar de este documento tres párrafos del inicio:
“Las líneas de despliegue de la posición que afirma que, sobre las cualidades innatas propias de toda profesión vocacional, el periodista ha de ser dotado de un típico saber, son bien conocidas, y los trabajos de la U. N. E. S. C. O. y del Centro superior de Periodismo de la Universidad de Estrasburgo han servido para divulgarlas y —consecuentemente— para afirmarlas (i).
La instrucción técnica del periodista no puede considerarse, según subrayó el profesor Griffin en la reunión de especialistas celebrada en Amsterdam en 1953, sino como la enseñanza primaria del oficio del periodismo.
Bien lo supo estimar la Escuela. Muy pronto trabajamos aquí sobre este punto, y la División de Mejoras de los Medios técnicos de la U. N. E. S. C. O. tuvo conocimiento de nuestra experiencia. Su circular de 30 de septiembre de 1954 señalaba lo que decíamos en nombre de la Escuela española (entonces única), haciendo descollar la vertiente cultural y sociológica de semejante saber, que es lo que considerábamos específicamente formativo”.
Es decir, desde mediados del siglo XX, se vio la necesidad de que el periodista tuviera una formación específica que le habilitara para ejercer. Para eso, es de imaginar, se creo la Facultad de Ciencias de la Información que, a su vez, incluye las carreras de Relaciones Públicas y Publicidad, y la de Imagen y Sonido.
Sin embargo, también accedieron a la acreditación de periodistas, los profesionales que antes de la creación de dicha facultad, a parte de los que habían estudiado en la Escuela Oficial, hubieran tenido una trayectoria larga ejerciendo como tales. Así, Luis del Olmo o José María García, ostentan dicha titulación sin haberla cursado en ninguna de las dos instituciones.
A pesar de ello y hasta el momento, los espacios informativos de las televisiones y radios, las revistas y los periódicos eran territorio de los periodistas. Otra cosa eran los magazines, donde el presentador no tenía por qué serlo. Si esta noticia se confirma, habremos dado un enorme paso atrás; habremos vuelto al siglo XIX.
Bien es cierto que en medios es bastante habitual la colaboración de diversos columnistas que provienen de diferentes disciplinas. Pero notad que se trata de artículos de opinión, no de información. Dos nombres que, por desgracia, parecen estar cada vez más interrelacionados en las redacciones. También, en este punto, quiero señalar la existencia de muchos profesionales que tienen dos y hasta tres títulaciones, además de la de Periodismo, que les permite especializarse de verdad en determinadas secciones.
Aunque la Facultad no te da, según están los planes de estudio, para ejercer según sales de ella si no hay un aprendizaje en algún medio de comunicación, sí que te permite optener los conocimientos básicos, conocimientos que no se imparten en otras carreras como las del resto de Humanidades. Ni os cuento si la procedencia es de carreras técnicas.
Y hablando de ello, el pasado 6 de julio, en la Thinking Party que organiza Fundación Telefónica, uno de los ponentes fue Rafa Panadero, un ingeniero de Telecomunicaciones “reinventado” en periodista tras un máster. Ahora es el director de Internacional de la cadena SER, es decir, un puesto “específico” para periodistas porque es información pura y dura. Os dejo su ponencia por si os apetece verla:
Nos encontramos pues en una interesante tesitura. ¿De verdad son necesarias las facultades de CC. de la Información o puede ejercer cualquier persona, provenga de la carrera que provenga, tras un máster o similar que le habilite para trabajar en medios? ¿Para qué “perder el tiempo” con cuatro o cinco años de estudios si podríamos elegir otra y luego especializarnos como periodistas? ¿Debería un estudiante o cualquier otra persona poder acceder a másteres, cursos o becas sin que sea necesario que provengan de las diversas facultades de Periodismo, tal y como parece que está ocurriendo en Andalucía?
La respuesta no es fácil pero sí que hay, a mi entender, algo claro: o se mejoran (más bien se dan la vuelta) los planes de estudio y se articula la necesidad de colegiarse con una serie de requisitos; o se permite que sea cual sea el origen profesional del futuro informador, pueda actuar como tal con una formación mínima de especialización y sin necesidad de realizar la carrera universitaria, con lo que esta habría perdido su razón de ser.
Voy a daros mi opinión que, hoy más que nunca, es muy rebatible. Optaría por la primera posibilidad o por la segunda en el caso de que la persona en cuestión complete los años de carrera y tenga la doble titulación. ¿Por qué? Ya lo he indicado antes: considero que, con sus muchísimos puntos mejorables, te da una base que no adquieres en otros estudios. A mí, al menos, me la dio.
Por supuesto, hay excepciones, como la de Rafa, pero no son las habituales. Si queremos tener una infomación profesional (líneas editoriales aparte), debemos formar a periodistas y la universidad es el camino, como vieron, en su momento, desde la UNESCO y desde la Escuela Oficial de Periodismo.
¿Qué opináis vosotros? ¿Creéis que es necesaria una carrera específica o sería suficiente con másteres, cursos y becas que permitieran la especialización, viniera la persona de donde viniera? ¿Apoyáis la decisión de, por ejemplo, el grupo Joly de aceptar a estudiantes de otras carreras universitarias?
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