El 27 de abril leía, en la web Clases de Periodismo, un artículo titulado “6 razones para considerar que el Community Manager tiene futuro en los medios”. Se me plantearon entonces una serie de preguntas que subí a tres debates distintos en redes sociales: dos en otros tantos grupos de LinkedIn y el tercero en la comunidad de Periodismo de Google+.
En esta última, hubo la suficiente implicación para darme cuenta de que las opiniones eran tan diversas como las cuatro personas que intervinieron.
Perdona, llevo dos párrafos y aún no te he dicho cuáles son las preguntas a las que me refiero. Ahí van: ¿quién o quiénes deberían publicar en las redes sociales de los medios de comunicación? ¿El community manager? ¿El periodista? ¿El periodista supervisado por el community? ¿El redactor jefe supervisando a los dos? ¿Ambos perfiles?
Lo que me estoy planteando y, de paso, te transmito a ti, es en el fondo la función de ambos profesionales en lo que respecta a los medios.
Todos tenemos claro lo que hace un periodista pero ¿y el community manager? Me da la sensación de que comparten algo más que el espacio laboral.
Repasemos, entre tú y yo, qué hace exactamente un periodista y comparémoslo con el community:
Como ves, hay una serie de tareas comunes y otras que les son propias a cada uno de los profesionales. El problema reside en las primeras, ¿quién es el más adecuado para ejercerlas?
Son cada día más los periodistas que, teniendo en cuenta el paro, deciden añadir a su curriculum la formación en community management. A pesar de que publiqué una entrada de Bloggy Mary en junio de 2012 (ya ha llovido) sobre cómo elegir un curso, hay compañeros que me siguen pidiendo que les recomiende alguno, sea por el blog o a través del perfil de LinkedIn.
En el debate de Google+ al que me refería al principio, hubo alguno que esgrimió el argumento del intrusismo; igual que no queremos que nadie ejerza nuestra profesión sin serlo, tampoco deberíamos hacerlo nosotros. Hubo otro que explicó que, como empresa, un medio debe tener ambos perfiles, cada cual a lo suyo. A este respecto, un tercero respondió que dependía de la envergadura de la empresa. Y otro preguntó si no será que los periodistas debemos ser también communities.
Hubo una réplica que me encantó: un periodista que también es community se convierte “en algo extraño”. Y lo dijo alguien que está formado y con experiencia en ambas campos.
La verdad es que, tal vez, sí que deberíamos convertirnos en ese “algo extraño”, evolucionar como profesionales. Quién mejor que el propio periodista para subir las noticias que ha redactado a las redes sociales, eso sí, con la formación necesaria para hacerlo. Recuerdo en un evento que uno de los ponentes (que me perdone porque no recuerdo quién fue) afirmó que si los informadores hubiéramos tenido Twitter cuando estudiábamos, titularíamos mejor. Y creo que tenía razón.
Sin embargo, lo que no podemos pretender, ni nosotros ni los medios para los que trabajamos, es que hagamos las labores de ambos perfiles al tiempo porque hay partes que como periodistas, no deberían correspondernos. Además de que no podríamos hacerlo por falta de tiempo: no somos superman y el día tiene veinticuatro horas (y las jornadas, en principio, ocho).
Desde mi punto de vista, el content curator, la subida a los perfiles en redes sociales, y el usarlas para buscar temas, contrastar y contactar con personas para los artículos está bien que lo hagan los profesionales de la información.
Las estrategias y los planes, la dinamización de la comunidad, la moderación de esta y los formatos de subida de las noticias a las redes, sobre todo a las que son más visuales, deberían ser el campo de actuación de los communities. También estos pueden ayudar a la redacción a encontrar tendencias. Hay sitio para los dos, cada cual en lo suyo, aunque en contacto constante.
Eso sí, en los medios más pequeños, al periodista no le queda otra que ser un todo terreno, a menos que la empresa decida exteriorizar la función del social media a un colaborador, lo que no sería mala idea si quiere que el trabajo se haga bien.
El debate sigue en pie y me gustaría mucho saber tu opinión al respecto. Y, claro está, agradecerte que compartas la entrada. Feliz puente y, si te vas fuera, cuidado en la carretera, que paso lista.
María Rubio
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