Ayer leía un tuit de Luis Fernández (@luisfernandez), un hombre inteligente al que tengo el gusto de conocer, que estaba cubriendo en directo una mesa redonda sobre la ética en los medios de comunicación en el marco del “Wo+men’s Progress Barcelona”.
Me ha dado qué pensar. ¿De verdad es esto cierto? ¿Somos los periodistas como los neardentales, que convivieron con el homo sapiens durante un tiempo y luego se extinguieron?
Hace unas semanas, subí a debate en mi grupo de Periodismo de Google+ un interesante artículo de Manuel Carrillo (@homoconversatum) que se titulaba “#periodistas, bueyes, #blogueros, jirafas”. En él mantenía una tesis parecida: “¿La sociedad puede vivir sin prensa, sin periodistas, sin empresas informadoras?”. Voy a tratar de responder a estas preguntas desde mi modesto punto de vista, claro.
Para ir al fondo de la función del periodista, voy a retroceder un poquito, con tu permiso. En la universidad, a mí me enseñaron que el papel de los medios de comunicación era triple: informar, como parte prioritaria; formar, como segunda opción; y finalmente entretener. Siempre he creído que se puede conseguir cumplir las tres funciones en una misma noticia pero la idea, según me la lanzaron, era que el profesional se dedica a informar; los propios medios, a través de documentales o espacios similares, forman; y también ellos pueden crear espacios de entretenimiento puro.
No se precisaba, ni entonces ni ahora, del concurso de periodistas para las labores de formar y entretener. Sin embargo, me explicaron que la parte de los programas informativos debería ser coto exclusivo nuestro, de los licenciados universitarios en CC. de la Información, rama Periodismo (siempre me ha hecho bastante gracia tan amplio título), de los provenientes de la vieja escuela de periodistas o de los que, por su larga trayectoria en medios, se les considere como tales, caso de D. Matías Prats Cañete (perito industrial y poeta) o de Luis del Olmo.
En la actualidad, en muchos medios de comunicación, hay abogados, ingenieros, economistas, etc., ejerciendo esta labor gracias, en muchos casos, a los máster que ofrecen radios, televisiones y periódicos. Los puestos gerenciales rara vez los ocupan periodistas.
Así pues, partimos del punto en el que hay que plantearse si de verdad es necesario que el Periodismo sea una carrera universitaria. ¿Qué es lo que aprendemos que pueda, de verdad, hacer de los licenciados y solo de nosotros profesionales de la información?
Es evidente que a nadie se le ocurriría realizar una operación de corazón sino es cardiólogo y cirujano. Tampoco diseñar un hotel sin ser arquitecto. Pon la profesión que quieras. No obstante, como periodista puede ejercer más o menos cualquiera… ¿o no?
Después de obtener mi flamante título, he estado, por diversas circunstancias, más o menos en contacto con la universidad y he de confesar, con todo el dolor de mi corazón, que poco ha evolucionado desde que yo estuve allí.
Los planes no se han adaptado a las novedades, desde mi punto de vista. En el fondo, se continúan impartiendo las mismas asignaturas que hace veintitrés años, el nivel de inglés es, en general, tan malo como entonces y voy a resaltar algo que me ha llamado la atención: la falta de prácticas. Hace dos décadas, como la universidad no te las daba o eran tirando a nefastas (y eso que yo estudié en el CEU), te buscabas la vida en donde podías y aprovechabas los veranos para formarte. Ahora, pocos estudiantes del último curso de carrera he encontrado que tengan alguna experiencia.
Por lo tanto, tal y como están el sistema establecido, efectivamente, te recomiendo que estudies cualquier otra carrera universitaria y, si te gusta, te hagas los dos últimos años de Periodismo o realices algunos de los magníficos (y carísimos) máster que ofrecen nuestros medios de comunicación o empieces a hacer prácticas en emisoras pequeñas y luego vayas escalando puestos. Es triste decirlo, pero los hechos son los que son.
Luego pasan cosas como la que me ocurrió hace muy poquito al hablar con una emisora local (capital de provincia) de una gran cadena de radio de ámbito nacional a la que quería enviar una información. Pregunté por redacción y la persona que me atendió quería que le explicara para qué, cosa que hice. La respuesta me dejó sin habla: “no entiendo por qué me quieres mandar una nota de prensa”. No puede evitar la ironía al responder: “¿Porque eres un medio de comunicación y podría interesarte? La idea es que la recibáis, la valoréis y si os parece, la divulgéis”. “Pues no lo entiendo”, fue su respuesta. No te cuento más de esta surrealista conversación solo que, al final, me dejó una dirección de correo para que la mandara a su director pero que tuviera presente que ellos estaban allí para ganar dinero… Sin comentarios.
Siento como una obviedad que la profesión tiene que cambiar. En este sentido, estoy plenamente de acuerdo con lo tuiteado por Luis y con lo expuesto por Manuel en su blog. A las pruebas me remito.
Contestando a la pregunta inicial de si podemos vivir sin periodistas y sin empresas informadoras, diría que sin las segundas sí pero, lo que también está claro, es que la función del profesional, haya hecho o no la carrera universitaria, sigue siendo necesaria para, según mi opinión, lo siguiente:
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Contrastar la información. Solo un periodista sabe que, por ejemplo, lo que se dice por Twitter puede ser en un porcentaje importante un simple rumor. Mira lo que ocurrió cuando hackearon la cuenta de Associated Press (AP) y publicaron un falso atentado contra Obama…
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Colocar la noticia en su contexto. Significa explicar (de ahí lo de formar) al interesado no solo el hecho en sí, sino también su porqué y las posibles consecuencias que se pueden derivar de ello. Es lo que siempre se ha hecho con las crónicas y los reportajes. Por cierto, también entretienen si están bien contados.
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Saber qué información es de interés y cuál no, es decir, algo tan “moderno” como el content curator.
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Buscar los puntos y las facetas más destacadas de la noticia, ordenarlos y expresarlos correctamente, sea a través de un artículo, en una entrevista, haciendo las preguntas adecuadas sin dejar nada por exprimir o montando un reportaje.
¿Estás de acuerdo en que los periodistas son necesarios? En caso afirmativo, ¿añadirías algún punto? ¿Cómo crees que debería cambiar la profesión?
Por supuesto que son necesarios por todo lo que tú enumeras, pero han de adaptarse a los tiempos, y a los nuevos medios, para ir siempre por delante. Gracias un post magnífico.
Pues sí, pero, según creo, para que el cambio fructifique, deberíamos empezar por la base: la enseñanza. Gracias, Begoña, por tus palabras y por tu comentario. ¡¡Feliz tarde!!
Muchos miembros de esta sociedad cortoplacista, pícara y monetarista han decidido prescindir del profesional cualificado para (según ellos) obtener más beneficio. Se quejarán cuando sólo se cuente con nosotros para servir sangría en chiringuitos de playa. De aquellos polvos vendrán estos lodos. En cualquier caso, enhorabuena por tu reflexión. Creo que está muy bien planteada.
Lo de matar al mensajero es algo que siempre han intentado desde el poder, sea cual sea, y los periodistas hemos conseguido hasta ahora neutralizarlo. Sin embargo, debemos evolucionar para poder seguir haciéndolo, algo bastante complicado si estamos tan divididos como en el momento actual. No se trata de hacer corporativismo, sino de enfrentarnos a un grave problema que nos es común a todos. Gracias, Javier, por tu acertado comentario. Un abrazo.
Hola María, coincido contigo y además te adjunto un enlace a una presentación que hice precisamente sobre el nuevo papel del periodista. Fue en el contexto de Iniciador Tenerife, dedicado a las nuevas formas de entender el periodismo y lo hicimos en la Facultad de Ciencias de la Información, donde se está evolucionando hacia el camino de la comunicación digital. Lo comparto http://prezi.com/yosw3vojtxzd/emprender-en-periodismo/?kw=view-yosw3vojtxzd&rc=ref-23983
Hola, Carmen. Doblemente agradecida. Primero, por compartir tu presentación, aunque es una lástima no haberte podido escuchar; seguro que los futuros periodistas no perdieron ripio y algunos decidirán ir por los otros caminos que les has abierto. Segundo, por tu comentario. ¡Gracias!