La semana pasada tuve una interesante conversación por Skype con Manuel Carrillo. Aunque no tenía nada que ver con el motivo de la llamada, quedó en el aire un debate que habremos de completar ambos, pero ya cara a cara. Sin embargo, quiero trasladártelo porque creo que es de lo más interesante: ¿un periodista puede ejercer, al mismo tiempo, como consultor de Comunicación y como profesional de los medios?

Comunicador y Periodista al tiempo

Ahora mismo, desconozco si existe alguna persona que realice ambas tareas, es decir, que esté fijo en un medio y lleve la Comunicación de una empresa o viceversa. Desde luego, sería una situación un tanto esquizofrénica pero ¿posible?

Yo pienso que sí, siempre que se establezcan una serie de normas muy claras que impidan mezclar churras con merinas. Te voy a dar a continuación argumentos a favor de mi tesis y luego en contra, para que seas tú quien se forme su propia opinión… que espero luego expongas en los comentarios o en las redes sociales 😉

Las personas somos muy capaces, con la suficiente empatía y profesionalidad, de llevar a cabo tareas que, a priori, resultan contradictorias. De hecho, los seres humanos somos pura contradicción. A ello le añadimos que es imposible la total objetividad por propia definición. Cuando argumentas, eliges un titular, vas colocando los contenidos en un orden determinado, decides las declaraciones que van a figurar, etc., lo haces a costa de otros posibles caminos que, a lo mejor, son los que hubiera elegido un tercero.

Cuando estudiaba la licenciatura, uno de los profesores me puso un ejemplo que aún recuerdo porque es totalmente cierto. Vas a cubrir un accidente de tráfico. En principio, dos coches han chocado en una intersección; son los hechos. Acudes a los testigos y cada uno de ellos te va a dar una visión distinta a los demás y, en ocasiones hasta opuesta. Dependerá del humor que tenga ese día, de las experiencias personales previas, de si le daba el sol en la cara o lo tenía de espaldas, de si simpatizaba más con un conductor que con otro, de si le gustaba más la marca del coche, de si… En definitiva, estemos donde estemos, en la piel del comunicador o del periodista, seremos subjetivos, aunque lo intentemos evitar.

subjetividad del ser humano

Otro paso más. Los medios tienen, como ya he mencionado en otras ocasiones, sus líneas editoriales a las que el profesional ha de adaptarse. Poner un titular en ABC en contra, aunque sea solo un poquito, de la Conferencia Episcopal o de la Monarquía supone que te echen atrás la noticia de forma inmediata, si no te despiden, claro. Asimismo, la persona que se dedica a la Comunicación ha de priorizar también el cómo facilita la información. Sigue, por lo tanto, una línea editorial marcada por la empresa.

Además, como es lógico, la organización va a buscar a una persona que tenga los suficientes contactos en medios y en el ámbito en que se desenvuelve para poder “aprovecharse” de ellos. Similar caso ocurrirá con la editora que contrate a un periodista con experiencia corporativa: valorará sus relaciones para tener acceso a fuentes de primer orden.

No obstante, es cierto también que un periodista ha de buscar, en la medida de lo posible, la objetividad, a pesar de que a veces los directivos de los medios se lo pongan bastante difícil. En cambio, un comunicador debe priorizar el beneficio para su empresa, lo que significa, en concreto, dar más valor a determinadas partes de la información en detrimento de otras que resulten negativas… pero, cuidado, las mentiras y las omisiones han de quedar fuera.

Es evidente que se van a dar una serie de tensiones si alguien trabaja para ambos “amos” y estos son de la misma área. Imagina que estás en la nómina de El País, en la sección de Economía, y, al tiempo, asesoras en la Comunicación de un banco. Resultará sin duda complicado resistir, por una parte, al cliente que quiere aprovechar tu posición para resaltar sus noticias, y al medio que verá cualquier mínimo desliz como algo intencionado.

E incluso aunque se trate de ámbitos diferentes, siempre alguien va a intentar sacar partido de tu posición, debido a tus relaciones con los compañeros, por ejemplo, del resto de las secciones o programas del medio para el que trabajes.

A pesar de todo, sigo pensando que la combinación es factible siempre, como te decía, que se dejen muy claras una serie de pautas, tanto en lo que atañe al periodista como al comunicador. Eso sí, buscaría que existiera la mínima relación posible entre ambos, es decir, que si estás en el área de Educación y Cultura, evites trabajar para una empresa que esté en el mismo sector.

dividir el ámbito de la comunicación y el del periodismo

En principio, este hecho es difícil. Si eres un profesional especializado en un determinado ámbito, lo lógico es que tus contactos pertenezcan al mismo, para bien y para mal. Así que, no nos engañemos: entrarán en competencia directa. Ahora bien, ¿se podría neutralizar?

Depende de tu capacidad de negociación y del interés que tengan las dos partes en que figures en su nómina. La empresa, sea cual sea, debe entender y asumir que cuando estás con ellos, trabajas para ellos pero que fuera de ese horario, eres libre.

También debes estar muy centrado y con la cabeza muy fría para que un ámbito no influya en el otro, para que si te dan un “soplo” sobre algo importante que podría afectar a la compañía en la que eres consultor, seas capaz de obviarlo y que si hay algún escándalo en esta última, evites trasladarlo al medio. Es más, ambas partes deben saber que así ocurrirá y que si quieren que trabajes para ellos, lo deben aceptar.

Pocas veces, creo, entrarían en conflicto pero puede ocurrir y eso ha de estar contemplado en las negociaciones que se realicen.

Sin embargo, tendríamos que plantearnos si un profesional sería capaz de llevar sobre sus hombros tal nivel de bipolaridad. Una cosa es que seas un comunicador que colabore, por ejemplo, con una columna semanal en un diario, o dar su opinión en una tertulia; y otra distinta que trabajes en ambos.

locura de ser periodista y comunicador al tiempo

Tampoco es igual que estés en la nómina de un medio y asesores a una empresa, aunque sin contrato de afiliación. Esto último sí me daría sensación de un cierto engaño y podría llevar a malos entendidos.

Como ves, el debate es de lo más interesante. Que yo sepa, cuando una organización contrata a un periodista, este deja el medio, no lo combina. Pero, ¿qué opinas? ¿Podría ocurrir que el profesional hiciera un gran trabajo en ambos ámbitos al mismo tiempo?

Gracias por comentar y por compartir.

María Rubio