Un año más, a mediados de diciembre, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) presentó el Informe sobre la Profesión Periodística que, en boca de su presidenta, Victoria Prego, llega a unas conclusiones “demoledoras”.

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Y sí que lo son. Aunque todo el estudio es de lo más interesante y hasta espeluznante, hoy en Bloggy Mary, me iba a centrar en dos aspectos que me habían llamado particularmente la atención: las presiones que sufren los periodistas y el claro vuelco a lo digital (por fin), pero voy a incidir solo en el primero puesto que me parece mucho más grave y porque el segundo es tan notorio, que el que se hayan dado cuenta, de por sí, ya lo explica solo.

Que más de siete de cada diez periodistas declaren ceder a las presiones, es algo que nos debe preocupar, no solo a los profesionales sino también a la sociedad. El artículo 20 de la Constitución, al que tantas veces me he referido, está situado en el título primero de nuestra Carta Magna, aquel que salvaguarda nuestros derechos fundamentales. Así que ya solo la opción de que se presione a los medios, entra en claro conflicto con la principal ley que tenemos los españoles y, si me apuras, con la Declaración de los Derechos Humanos.

El hecho de que el gobierno y los políticos se olviden de proteger este principio, es más, se constituyan como parte colaboradora necesaria en el problema, debería preocuparnos porque dice más bien poco de la calidad de nuestro sistema democrático.

Según el informe, solo dos de cada diez periodistas no se ha sentido presionado en alguna ocasión por, en este orden, instancias políticas, empresariales externas, instituciones públicas e incluso los anunciantes del medio, cuando la relación con ellos corresponde a la parte publicitaria, nunca (o así debería ser) a la redaccional.

Tabla42_presiones sobre el periodista

En este sentido, los comunicadores hemos de entonar un mea culpa porque también formamos parte de ello. Luis Palacios, encargado una vez más del informe, explicaba durante su presentación que más del 70% de nosotros hemos presionado con cierta frecuencia a los periodistas para que publiquen una noticia. La cifra es doblemente sangrante porque el mismo porcentaje de la línea anterior que trabajan en departamentos de Comunicación proceden del Periodismo -son muchos menos los profesionales de la información que tienen experiencia en el “lado oscuro”, así que es un camino sin retorno, en la mayoría de los casos-.

Si la memoria no me falla, nunca he presionado a un compañero de los medios, lo que me ha ocasionado algún que otro problema con alguno de mis clientes, que buscaban tirar del amiguismo para verse en “los papeles”. Y no lo he hecho por dos motivos: me parece contraproducente y estoy tirando piedras contra mi propio tejado, aparte de que siempre he sido afín a la frase de compórtate con los demás como quieres que se comporten contigo. Pero es cierto que sí que me han comentado esas presiones, en muchos casos trasladadas: allá cada cual.

Volviendo a los poderes públicos, el último día de enero, el diario El País publicó un clarificador artículo sobre “la intrincada red de conexiones entre políticos, instituciones y medios de comunicación españoles en Twitter tiene también un reflejo gráfico en el que se perfilan con gran claridad posiciones, influencias y afinidades”. Creo que poco más hay que comentar al respecto.

El País - conexiones entre medios y partidos.png

Normas como la Ley Mordaza vienen a poner más trabas aún a la labor de los periodistas. Está claro que los políticos quieren una prensa aborregada e intentan que también ocurra con los medios sociales. Siempre ha sido así pero que los informadores cedan ante ello, debería hacernos reflexionar.

Qué está pasando. Solo hay que ver la tabla con los principales problemas de la profesión para hacernos una idea: aumento del paro y de la precariedad laboral, la mala retribución -ha caído un 17% el salario base medio en los últimos cinco años-, el aumento de la carga laboral, el proceso de concentración empresarial de los principales medios, y un punto muy importante: la “autonomización” del sector.

Tabla41_principal problema profesión periodística

Cada vez hay más autónomos y falsos autónomos, que son aquellos que están adscritos a un solo medio e incluso dentro de la redacción. Este hecho es de especial trascendencia puesto que los free lance no disponen de una empresa detrás que les apoye, así que ceden a las presiones más que los contratados, un 80% de las veces. También las sufren en mayor medida y tienen sueldos inferiores, todo un chollo para los que quieren acabar con la libertad de prensa.

En el turno de preguntas y vinculado a este tema, Victoria Prego hizo una valoración sobre el asociacionismo en el sector, bastante bajo. Estoy de acuerdo con lo que expuso de que, en definitiva, los periodistas vamos por libre y nos gusta el plan de “lobo solitario”. Reconozco que me sentí identificada en el perfil que trazó. No obstante, tal vez, y solo tal vez, según están las cosas, sería interesante que nos replanteáramos este tema para tener una salvaguarda ante las situaciones injustas que se están produciendo.

Por supuesto, la confianza de los usuarios en la información y la sensación de independencia que tienen los periodistas también se ven afectados. La nota que dan, sobre diez, es más benévola en los primeros, que nos aprueban por los pelos, que nosotros mismos, que nos suspendemos un año más.

Tabla36_independencia periodistas y confianza información

Observa las causas que esgrimen unos y otros para conceder dicha calificación. Nota que las razones que da el público son menos y están comprendidas en general en las que ofrecen los profesionales, aunque en distinto orden. Me llama la atención, en cuanto a los usuarios, el matiz que hacen sobre los periodistas estrella; y en el de los informadores, en el que una parte, ya mínima, eso sí, achaquen la imagen negativa a Internet y los blogueros.

Tabla37_causas desconfianza usuarios en medios

Tabla38 causas imagen negativa periodistas

Visto todo lo cual, la noticia que publicó hace un par de días PR Noticias es significativa. El medio compartía las conclusiones de un estudio que se realizó a periodistas de Alemania y Austria en el que el 60% de estos se sentía infeliz con su trabajo. En España desconozco si existe un informe similar pero dadas las circunstancias creo que los resultados sean incluso peores.

Sin embargo, me voy a quedar con dos frases positivas de Luis Palacios, pronunciadas en la presentación del informe, que aunque tienen poco que ver con las presiones, sí endulzan el caramelo de los resultados:

  • Hay determinados principios profesionales que deben mantenerse -como la búsqueda de fuentes propias, el contraste de la información o el comportamiento ético-, pero todo lo demás se encuentra en constante transformación”.

  • Las herramientas nos permiten hoy hacer un Periodismo más informativo, más documentado, más ágil. Además, esas herramientas permiten la aparición de medios capaces de competir mucho más abiertamente con los medios establecidos”.

Y tú, como periodista, ¿te sientes presionado? ¿Consideras que las asociaciones son una buena opción de defensa? Y, como usuario, ¿crees que el ejercicio del Periodismo necesita de mayor protección?

Gracias por comentar aquí y en las redes sociales, y por compartir.

María Rubio